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Chile está dentro de los países que registran un mayor aumento de casos de VIH, realidad que ha generado críticas a la efectividad de las campañas de prevención.

Pero más allá de los métodos preventivos, casi 70 mil personas viven en Chile con el virus, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida).

Génesis González y Williams Morales son dos de esas personas, quienes contaron a CNN Chile cómo es vivir con VIH en nuestro país.

“No era una niña normal”

Génesis González adquirió el virus por su mamá, que se contagió un año antes de quedar embarazada por una transfusión sanguínea en 1996. Ambas recibieron el tratamiento desde el primer momento, algo que no pasaba hace 40 años atrás.

“Para mí vivir con VIH no es nada. Es como levantarte todos los días siendo una persona cero negativo, para mí ser cero positivo es lo mismo, porque mi vida es normal y ya estoy terminando mi carrera”, afirma.

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Génesis estudia gastronomía y en los próximos días se irá a hacer su práctica a España. En su maleta llevará el tratamiento que toma desde que nació, y que no siempre le ha gustado.

No era una niña normal. No podía ir a las pijamadas de mis amiga porque tenía que tomarme el remedio en la mañana y en la tarde. Para mí era horrible, el peor momento del día”, dice.

Expulsado del colegio

“En ese tiempo no había medicinas. No sé si seré un afortunado o habrá sido la magia de la vida, pero yo era menor de edad, y cuando aparecieron los medicamentos yo estaba en primera línea”, dice Williams Morales.

Williams vive en Chiloé, es huilliche y lo más difícil para él ha sido pelear con los efectos secundarios del tratamiento, pero más aún con la discriminación por tener VIH.

Fui expulsado de un colegio, se acabaron las amistades, era menor de edad, no sabía lo que estaba pasando. Se estaba recién sabiendo en Chile qué era la palabra sida”, cuenta.

“Según yo, estaban experimentando conmigo. Tuve algunos malos tratos de funcionarios del hospital y tuve que, obligadamente, pedir mi alta“, agrega.

La importancia del tratamiento

Aunque hoy Génesis y Williams están bien y se aplican el tratamiento para que el virus no anule su sistema inmune, no siempre la lucha ha sido fácil.

Génesis, por ejemplo, ha pasado por tres terapias distintas y una de ellas le provocó alergia. “Ser como la rata de los doctores es terrible porque no sabes qué te va a hacer bien y qué no”, relata.

Y aunque es díficil encontrar la terapia correcta, hay un motivo importante para poder lograrla. Los expertos coinciden en que cuando una persona tiene acceso al tratamiento de manera constante y permanente, no transmite el virus a otras personas.

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Génesis se irá a España y espera encontrar allá una sociedad con menos prejuicios con el VIH. William seguirá en Chile, peleando por sus derechos y a la espera de no sentirse -nunca más- bajo experimentos médicos.

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