Preocupantes fueron los resultados arrojados por un estudio realizado por la Universidad Católica y Chile Sustentable, donde se revela que los habitantes de zonas del país donde existen termoeléctricas, tienen cuatro veces más probabilidades de presentar algún tipo de patologías, como asma o tumores.
“Casi no existen en Chile estudios relacionados con los efectos en la salud de las personas que conviven con termoeléctricas y es necesario tener información objetiva sobre esto”, dijo a La Tercera Sandra Cortés, académica de Salud Pública de la UC, e investigadora del Centro de Enfermedades Crónicas y del Centro Desarrollo Sustentable.
Los datos indican que en Chile existen 28 termoeléctricas que funcionan con carbón, 19 de ellas instaladas en las ciudades de Tocopilla, Huasco y Mejillones.
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Para realizar este estudio, los investigadores analizaron las tasas de muerte y de atenciones en los centros de salud de los habitantes de estas tres ciudades para enfermedades respiratorias, circulatorias, cerebrovasculares y tumores malignos, entre otras -todas asociadas a la combustión del carbón, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, y las compararon con cifras nacionales en las mismas patologías.
Así, descubrieron que el riesgo de morir por una enfermedad cerebrovascular en Huasco es 281% mayor que el promedio nacional; En Tocopilla, la situación es similar: el riesgo de fallecer a causa de tumores malignos en tráquea, bronquios y pulmón es 172% mayor. Finalmente, los datos de Mejillones no arrojaron diferencias estadísticamente significativas con el resto del país.
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Desde el gobierno, el jefe de la División de Calidad del Aire del Ministerio de Medio Ambiente, Marcelo Fernández, afirmó que “ambas ciudades no tienen superación de norma de Material Particulado 2,5 y tampoco de dióxido de azufre”, y a agregó que en esas comunas “se ha producido una reducción significativa” de este último contaminante debido a la aplicación de la nueva Norma de Emisión para Termoeléctricas que data de 2013.
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