Más de 300 migrantes de nacionalidad venezolana esperan a las afueras de la embajada una respuesta a la solicitud de poder retornar a su país. Algunos, incluso, llevan más de tres semanas acampando en la calle.
Frente a esta situación, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) habilitó 70 camas para las personas más vulnerables: adultos mayores y niños. El menor tiene tres meses de edad y la persona mayor del grupo tiene 90 años.
El director del servicio, José Tomás Vicuña, dijo a CHV Noticias y CNN Chile que “vienen días de lluvia y de frío. Por eso nos quisimos arriesgar, sin tener los fondos necesarios, a instalar una carpa que va a tener camas, colchones, calefacción, duchas”.
Además, alertó que “sin duda es momento de cuidarnos del virus, pero también es momento de cuidarnos de la indiferencia”.
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Vicuña comentó que “se habló mucho tiempo de los Derechos Humanos de las personas en Venezuela. Bueno, también es momento de hablar de los Derechos Humanos de estas personas acá”.
Según dicen los migrantes apostados a las afueras de la embajada, por estos días están sufriendo las consecuencias del hacinamiento y las bajas temperaturas, a lo que se suma el hambre.
Hasta ahora, varias personas se han acercado a donar alimentos, algo que desde el SJM llaman a seguir haciendo.
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