De acuerdo con la encuesta de Trabajandodesde hace años que Chile atraviesa una crisis en la salud mental. Según el mismo estudio, en 2019 un 82% de los chilenos presentó un cuadro de estrés, una situación que se acrecentó durante el 2020 debido a la pandemia y las medidas restrictivas de movilidad.

En este periodo, muchas personas dejaron de ver a sus colegas de trabajo, amigos/as e incluso a su familia, acrecentando los sentimientos de angustia y soledad que provocan un impacto emocional a corto plazo. Una situación que afectó aún más a aquellas personas que ya tenían problemas y psiquiátricos.

Lee también: Crecen los índices de obesidad en Chile, una de las graves consecuencias de la pandemia  

Los daños producto del confinamiento pro el COVID-19 no solo provoca efectos evidentes en la actualidad, sino que además acarreará problemas futuros, dejando graves daños a nivel laboral, social y de salud. Así lo planteó el psquiatra Otto Dörr Zegers, Premio Nacional de Medicina 2018.

“A comienzos de 2020, la revista Lancet alertó sobre los efectos de la pandemia en la salud mental de la población. En abril del mismo año, otro estudio destacaba que el confinamiento había exacerbado una serie de trastornos mentales, que se manifestaban desde síntomas depresivos hasta el nerviosismo, aburrimiento y conductas de riesgo”, indicó el profesional.

Otros de los síntomas principales son la irritabilidad, el estrés, la ansiedad y el insomnio, los cuales comenzaron a afectar a millones de personas en todo el mundo, incluso en quienes nunca habían presentado dicho trastornos anteriormente.

Los grupos de mayor riesgo

La mayoría de las rutinas cotidianas se vieron interrumpidas con la llegada del coronavirus, y aún no se sabe con exactitud cuándo se podría volver a la ya conocida normalidad. Por ahora el llamado es a continuar usando mascarilla, con distanciamiento físico y lavado de manos constante, incluso en quienes ya han recibido la vacuna contra el COVID-19.

Sin embargo, y en materia de salud mental, la principal preocupación de los especialistas apunta a quienes ya tenían una patología detectada con anterioridad, junto con quienes tienen conductas de riesgo, tal como el consumo de drogas y alcohol.

“Estos dos grupos son los que han tenido más difícil sobrellevar los estados de aburrimiento, debido en gran parte a que su sistema dopaminérgico estaba en un estado de desequilibrio por el consumo2, señaló Otto Dörr.

Lee también: Pensamientos suicidas en adultos mayores han aumentado en un 100% durante cuarentena

“Todos enfrentan el encierro de forma diferente. La edad, si está sola o acompañada, su capacidad o posibilidad para cambiar la modalidad de trabajo y, cómo no, los antecedentes de enfermedades mentales previas y actuales son factores decisivos a la hora de sobrellevar el aislamiento”, agregó el psiquiatra.

Debido al encierro y al cambio de hábitos, resulta importante saber que los rangos de normalidad también se han modificado. Al respecto, el doctor Dörr dijo que “para aquellos sujetos que son muy responsables, cumplidores, autoexigentes consigo mismos y, a la vez, poco flexibles, esta situación les será menos llevadera, o les implicará invertir más esfuerzo para adaptarse”.

Lee también: Sobrecarga e impacto en la salud mental: Piden descanso compensatorio para trabajadores sanitarios

Mientras que quienes se adaptarán más fácilmente a estos cambios, serían “las personas cuyo proyecto de vida no está concebido en patrones rígidos de conducta, que tienen una relación más libre con los roles que desempeñan y con las normas establecidas, es posible que logren reorganizarse y crear una nueva rutina con más facilidad”.

Pero la pandemia no solo dejó al descubierto la necesidad de una mejor salud mental para la población, sino que también evidenció aún más las diferencias socioeconómicas dentro de la sociedad. Una situación que ha sido constantemente criticada por miles de familias chilenas, quienes acusan no recibir ayuda suficiente para paliar también la crisis económica en medio de las cuarentenas.

“Las condiciones habitacionales juegan un rol fundamental, hoy más que nunca. Es muy diferente estar en una casa con jardín que en un departamento pequeño, en la ciudad que en el campo, vivir en la ciudad en condiciones más o menos hacinadas. También juega un rol el tipo de sociedad a la que se pertenece, mientras menos normado sea el país, más difícil es someterse a las condiciones de encierro que exige por momentos la pandemia”, indicó al respecto el psiquiatra Otto Dörr.

La falta de sociabilidad en los niños

Los niños y los adolescentes son los más afectados por todas estas medidas restrictivas, ya que no sólo se han visto impedidos de ir a sus colegios y ver a sus amigos, sino que tampoco han podido desarrollar actividades al aire libre como lo hacían antes.

Esta situación, según el doctor Dörr, podría ser una gran desventaja en cómo estas personas se desarrollarán a futuro. “El hecho de jugar no sólo tiene una sólo tiene la función de entretener, sino que también sirve para sociabilizar. A través del juego, los niños aprenden las reglas y saben cómo interactuar para alcanzar alguna meta competitiva, además permite ensayar a través de situaciones ficticias cómo será la vida adulta. El no tener la posibilidad de interactuar a través del juego con otros niños, es muy grave“, planteó.

Lee también: “Me dan ganas de romper cosas”: La salud mental de niños y adolescentes en tiempos de pandemia

Y a casi un año de la llegada del virus a Chile, son los niños, niñas y adolescentes quienes han tenido que pasar más tiempo frente a una pantalla para las clases online. Y no solo por eso, sino porque además muchas veces un celular o un computador han suplido las actividades físicas de diversión.

“Estudiar, ver a los amigos y entretenerse por medio de las pantallas de los computadores o celulares son actividades perjudiciales para el desarrollo de los menores, pues producen alteraciones anímicas y disminuyen la capacidad creativa, tornándose el cerebro más pasivo y receptivo, lo que le impide conocer sus propios recursos para lidiar con la situación nueva del encierro”, dijo el psiquiatra.

El profesional planteó que también pruebas científicas que demuestran que la larga exposición a los videojuegos potencia sentimientos de vulnerabilidad, angustia y depresión.

Lee también: Profesores recibieron becas para apoyar la salud mental de sus alumnos en pandemia

Para enfrentar estos casos, el psiquiatra aconseja a los padres que tengan paciencia y creatividad. “Lo importante tener claro que es una situación temporal, que no perdurará para siempre, y tener siempre presente que llegará a su término. Mientras tanto, debemos desplegar todos los recursos posibles recursos en nosotros, lo que tiene que ir acompañado de actitudes como la paciencia, solidaridad, creatividad y saber pedir ayuda”, concluyó Dörr.

Tags:

Deja tu comentario