Roberto Campos Weiss, el profesor acusado de provocar daños en el Metro de Santiago, abandonó durante la tarde de este lunes la Cárcel de Alta Seguridad tras la orden de la Corte de Apelaciones de San Miguel. En lugar de eso, quedó con la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno y firma semanal mientras dure la investigación.
Campos está imputado por el delito de daños a los torniquetes de la estación San Joaquín y enfrenta además una infracción a la Ley de Seguridad del Estado.
A la salida del recinto carcelario, donde cumplía prisión preventiva desde hace más de 50 días, el profesor indicó a la prensa que la experiencia fue “espantosa” y agregó que “este lugar no se lo deseo a nadie, ni siquiera al asesino que mató a mi padre cuando yo tenía cinco años. Ni siquiera a él le deseo tantos días de presidio, porque este lugar es asqueroso”.
También acusó que “este castigo fue desmesurado. Quisiera agradecerle a muchas personas que sin conocerme me apoyaron”.
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“Un chivo expiatorio, eso fui. Porque este castigo fue desproporcionado. Estaba el 88% del día encerrado. Fui tratado igual que los demás, quizás con cierta empatía, porque los funcionarios saben que no soy un delincuente”, indicó.
Hace una semana, la pareja de Campos, Armando Arjona, habló con CNN Chile y sostuvo que “Roberto siempre ha dicho que participó, siempre ha dicho que no está organizado, ha colaborado incluso, sin embargo, aplicarle la Ley de Seguridad del Estado y que pueda arriesgar una pena de cinco años nos parece supremamente desproporcionado“.
El defensor penal público, Mario Araya, señaló este lunes que “esta vez la corte sí acogió los argumentos de la defensa y entendió que Roberto no es un peligro para la seguridad de la sociedad, dejándolo libre y con las cautelares que habíamos solicitado desde un comienzo”.
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