IMAGEN REFERENCIAL/AGENCIA UNO

El pasado 27 de enero, dos monjas de la Congregación Hijas de San José fueron amarradas de pies, cuerpo y boca por dos sujetos que ingresaron al convento ubicado en pleno centro de Santiago, contiguo al Colegio María Luisa Villalón.

La situación quedó al descubierto luego de una carta al director en El Mercurio escrita por Eva Lehto, exalumna del Colegio María Luisa Villalón.

En el escrito, la mujer relató que dos sujetos saltaron la parte más alta del convento y caminaron por los techos, haciendo el “suficiente ruido para que dos de las religiosas se levantaran a revisar cámaras, situación que no pudieron realizar, pues los delincuentes cortaron la luz del recinto”. 

Mientras revisaban el lugar, las religiosas se toparon con los antisociales, que portaban cuchillos y que serían extranjeros, “y comenzaron a amenazarlas de violación y a pedirles dinero”.

“Lo más triste es que les amarraron los pies, cuerpo y boca para luego revisar la congregación”, continuó el relato.

Letho siguió diciendo que “afortunadamente no se toparon con las demás religiosas, quienes tienen avanzada edad, algunas con alzhéimer y que ya no cuentan con autonomía para desplazarse. Las hermanas que vivieron la situación se llevaron la peor parte y, por supuesto, que están muy afectadas, pues vivieron la mañana más trágica de sus vidas”.

Tras el fatídico suceso, Carabineros llegó al lugar, pero no pudo dar con los asaltantes, quienes “habrían escapado durante la tarde, cuando maestros que trabajaban en la congregación identificaron a un sujeto que se sacudía en la calle y que coincidía con las características que había entregado la madre superiora”.

La carta termina su relato diciendo que “la delincuencia perdió todos los códigos y los escrúpulos al atacar a estas mujeres. Urge justicia para estas religiosas, así como para todos aquellos que han sufrido a causa de la delincuencia”.

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