Con interés y con movilizaciones al interior de la cárcel de Temuco, el lonko Alberto Curamil ha seguido el desarrollo de las movilizaciones sociales en Chile las últimas tres semanas. El estallido provocó la suspensión momentánea del juicio en su contra, el que debía comenzar el lunes 21 de octubre. Ahora, el proceso comenzará este miércoles 13 en el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco.

Curamil, ganador del premio Goldman 2019 -el “nobel verde”- por su activo rol en la defensa del Río Cautín ante amenazas de proyectos hidroeléctricos, lleva más de un año en prisión preventiva en Temuco. La fiscalía lo acusa de ser parte del asalto en la Caja de Compensación Los Héroes, en Galvarino, en abril de 2018.

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“Mi padre y los demás presos están contentos de que al fin el pueblo chileno, después de tantos atropellos, injusticias y desigualdades, se atrevieran a decir basta, se atrevieran a enfrentar el modelo, el sistema, a pesar de la represión, la militarización y la criminalización de la protesta social”, asegura Belén Curamil, hija del lonko.

Respecto a la violación de derechos humanos de las últimas semanas en Chile, Belén Curamil asegura que “lo que está pasando es lo que el pueblo mapuche viene denunciando hace décadas, la persecución, criminalización de la protesta social, las torturas, los asesinatos. Y no solo este gobierno, sino que todos los anteriores”.

El pasado 29 de octubre, más de 10 mil personas fueron parte de la marcha mapuche en Temuco, la que cerró su recorrido frente a la cárcel de Temuco, exigiendo la libertad para todos los presos políticos. Ese día, manifestantes derribaron las estatuas de Pedro de Valdivia y Dagoberto Godoy, dejando la cabeza de este último en las manos de la estatua del toqui Caupolicán. Unos días después, en Cañete, comunidades lafkenche derribaron las estatuas de Valdivia y García Hurtado de Mendoza, símbolos coloniales del genocidio contra los pueblos indígenas.

Denuncia anónima es la principal prueba contra Curamil

Después de más de un año de investigación, la principal evidencia que relaciona a Alberto Curamil con el asalto del que se le acusa es un llamado anónimo recibido por el Programa Denuncia Seguro del Ministerio del Interior, ocurrido el 25 de abril de 2018, un día después del robo. En esa llamada, una persona anónima entregó detalles de la organización del asalto y dijo que Alberto Curamil y Álvaro Millalen estaban involucrados.

En la escena del crimen, se encontraron rastros genéticos, pero ninguno de ellos corresponde a los de Curamil. Para su abogado Rodrigo Román, se trata de “una persecución política contra el lonko Curamil que se origina en el Ministerio del Interior”.

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Curamil es lonko del lof Radalko y se hizo conocido por ser uno de los principales rostros de la defensa del Río Cautín contra diversos proyectos hidroeléctricos que se intentaron instalar, los que terminaron siendo rechazados por la justicia debido a su impacto ambiental.

Los cuatro imputados en la causa del asalto en Galvarino -todos mapuche- arriesgan pasar décadas en prisión. La Fiscalía pide 46 años de presidio contra el lonko, mientras que el gobierno de Chile, a través de la Intendencia de La Araucanía, querellante en la causa, pide 50 años de cárcel.

El juicio comenzará este miércoles a las 9 de la mañana en el Tribunal Oral en Lo Penal de Temuco, ante los jueces Juan Santana, Roberto Herrera y Wilfried Ziehlmann.

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