Una fuerte polémica se produjo este miércoles, luego que tres mujeres acusaran a través de redes sociales al abogado y presidente del directorio de Gasco, Matías Pérez Cruz, de haberlas echado cuando descansaban en las orillas del lago Ranco, en la región de Los Ríos, debido a que, según él, estaban invadiendo una zona que es de su propiedad.

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En el registro publicado en Facebook, se aprecia cómo el hombre, con una actitud prepotente, las increpa y les pide que se retiren. “Estoy con mi familia y con mis hijos, ¿ya? Y este jardín lo cuido yo, es mi jardín que deslinda con el lago Ranco. Si ustedes se quieren instalar allá donde revientan las olas, perfecto, se ponen ahí, pero es mi jardín”, les dice este sujeto.

Indignante… Humillante… La actitud de Matías Pérez Cruz, Presidente de Gasco por sentarnos a orilla del Lago Ranco, en su jardín privado. Su indignación partió cuando le pedimos los papeles que acreditan que es un terreno privado al que no podemos acceder.

Publicado por Ovando F. Clau en Martes, 5 de febrero de 2019

Una de las tres mujeres que estaba en el lugar era la Claudia Figueroa, religiosa de la Congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José. Cooperativa pudo conversar con ella, donde expuso su versión de los hechos.

“Soy de la zona, tengo familiar a orillas del lago, también, en el terreno siguiente. Es una zona donde hay varios condominios, hay libre acceso desde ahí. En general, no hay problema”, comenzó diciendo.

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La religiosa contó que llegó a ese lugar en compañía de su madre, una persona mayor, y de una prima. “No alcanzaron a pasar ni cinco minutos cuando aparece este personaje”, indicó.

Respecto a la reacción de Pérez Cruz al verlas instaladas aseguró que, “fue violento, muy violento. Él quita las cosas. A mí me interesa grabar lo que él estaba diciendo. Por eso saco mi teléfono y empiezo a grabar. Al darse cuenta, me arrebata el celular y me amenaza con tirarlo al agua. El video es muy corto, porque el hecho duró por los menos 15 a 20 minutos. Nos ninguneó, nos dijo ‘ustedes no saben con quien se están metiendo’. Nos trató de ignorantes”.

Terminé temblando y casi llorando, de impotencia, de rabia y de miedo. Nos empezamos a ir y él empezó cual tú arreas un rebaño de ovejas detrás nuestro. Para ver que efectivamente saliéramos”, finalizó.

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