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“Lo vi y para mí igual fue fuerte”, relata N. a sus 18 años años sobre uno de los momentos más traumáticos que le ha tocado vivir, casi tanto como el abuso mismo que, a seis años sigue sin comprender.

Se trata del proceso judicial en el que debió enfrentarse a su abusador: “Al ir caminando hacia la silla fue como si el mundo se me volviera a caer, o unas ganas de llorar terribles. Aunque la persona esté de espaldas, igual es un daño”, relató.

En su caso los cuestionamientos fueron constantes. Ocho declaraciones la regresaron ocho veces al sitio del suceso, al origen de una herida que se reabrió en cada una de ellas, y también en la de su entorno.

“Hubo un tiempo, cuando recién hablé, que me daban psicosis radiactivas. De la nada me venían imágenes a la cabeza, y era como si el mundo se me caía, me intenté matar varias veces por lo mismo, veía que a mi familia igual le dañaba. Mi mamá me daba la comida en la boca porque veía que yo no reaccionaba. Declarar tantas veces te destruye más”, contó.

Tanto N. como su madre manifestaron su desilusión por un sistema, que luego de cuatro años, vivirá su cambio más profundo. Luego de un largo proceso, la ley se modificará desde octubre próximo se pondra en marcha la modificacion para saldar de una vez por todas aquella deuda.

Ley “No me pregunten más”

La “Ley de Entrevistas Grabadas en Video y Otras Medidas de Resguardo a Menores”, también llamada como Ley “No me pregunten más”, fue promulgada el 9 de enero de 2018 y se pondrá en marcha en octubre próximo. En los tribunales de la Región Metropolitana ya comenzaron las simulaciones para una norma que permitirá precisamente emparejar la cancha y resguardar la dignidad de los menores.

La nueva normativa consiste en una entrevista-video grabada para la etapa investigativa, con oportunidad de realizar otra si existen nuevos antecedentes o si la víctima así lo requiere, a lo que se suma la del juicio oral. Muy diferente a las 5, 6 o 15 que se realizan actualmente. Un cambio tan necesario como drástico para evitar la revictimización, que también provoca temor ante la premisa de “igualdad” para la víctima y también para el imputado.

Haroldo Brito, presidente de la Corte Suprema, valoró la puesta en marcha de la ley: “Siempre el sistema de justicia podrá tener algunas falencias, lo importante es que haya alguien que esté pensando cómo fortalecerlo”.

Por su parte, Nora Campusano, jueza del segundo TJOP de Santiago, explicó que “quien entra a hablar con el niño es un entrevistador acreditado, de la institución que sea, y el intermediario es el único que escucha lo que pasa en la sala de audiencias”.

Paulina Zúñiga, jueza de Garantía de Arica, en tanto, señaló que se trata de “un cambio total de perspectiva, de foco, es paradigmático lo que está sucediendo con esta norma, me atrevería a decir que es la gran reforma después de la reforma procesal penal”.

Puesta en marcha

La modificación se realizará en tres etapas: en seis regiones durante los seis meses siguientes a la puesta en marcha de la norma; 18 meses después en otras cinco; y en treinta meses la plenitud de un sistema que, como nos muestran estas imágenes, ya se comienza a probar incluso en el extremo sur de Chile. Esto además aplicará en otras instituciones como la Policía de Investigaciones.

“No va a haber una historia que va a seguir y va a seguir y va a seguir. declarar dos veces, va a ser la grabación y y después en el juicio, y después la persona se dedica a sanarse, no un año de estar declarando”, valoró N.

De este modo, la Ley “No me pregunten más” asegurará que nunca más se encuentren víctima y victimario en una misma sala. 

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