La Moneda confirmó que Juan Eduardo Vargas Duhart (47), que hasta ahora se desempeñaba como jefe de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación (Divesup), asumirá como el primer subsecretario de Educación Superior.

Vargas es ingeniero comercial de la Pontificia Universidad Católica. Trabajó como gerente de finanzas corporativas en la empresa LarrainVial, para luego integrarse al directorio de Azul Azul, la sociedad que controla al club de fútbol Universidad de Chile.

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En 2008, decidió dejar de lado las asesorías financieras y se fue junto a su familia a España -donde ya había vivido junto a sus padres, ambos historiadores- para cursar un máster en Filosofía en la Universidad de Navarra.

Tras su regreso a Chile, durante el primer mandato de Piñera, asumió como asesor del Mineduc en ayudas estudiantiles, pero un año después dejó el cargo.

Volvió a LarrainVial, luego estuvo cinco años como vicerrector de pregrado en la Universidad del Desarrollo, hasta que en noviembre de 2017 expresó su intención de volver a la cartera de Educación si Piñera llegaba a la Presidencia. Y así fue. El ex ministro Gerardo Varela decidió sumarlo a su equipo.

Hoy, a juicio de los expertos, Vargas deberá enfrentar una serie de desafíos, como, por ejemplo, diseñar el nuevo sistema de admisión a las universidades, revisar la política de gratuidad y llegar a acuerdos arancelarios con las universidades.

Nueva PSU

Este 2019 será el último año en que el acceso esté en manos del Sistema Único de Admisión, que depende del CRUCh. A partir de 2020, la forma en que se ingrese a las universidades estará definida por comités de rectores, encabezados precisamente por Vargas.

En noviembre del año pasado, el ahora subsecretario afirmó a Pauta que “no necesariamente habría un cambio en las pruebas de selección, tanto universitarias como en el ámbito técnico profesional”.

Sin embargo, las mayores modificaciones apuntarían a segmentar la PSU de Matemáticas, con el fin de hacerla menos extensa y convertirla en una prueba más técnica.

Una parte no menor de los contenidos que están en la prueba no son vistos por alumnos de liceos técnicos profesionales y eso nos parece discriminatorio”, dijo.

Gratuidad: “La ley no quedó del todo bien”

Vargas ha sido enfático en reconocer que “la gratuidad llegó para quedarse”.

“No tiene mucho sentido cuestionarse a estas alturas si es el mejor camino o no, lo que sí está claro es que en la ley no quedó del todo bien y que hay aspectos que hacen que sea más oneroso, más gravoso, para las instituciones de educación superior que adscriben a la gratuidad. Esos aspectos son los que hay que ver y revisar, con las limitaciones presupuestarias que son evidentes”, afirmó en entrevista con Pauta.

A juicio de los expertos, uno de los principales desafíos para el organismo en torno a este tema es, precisamente, buscar fórmulas para que el beneficio se extienda para alumnos del séptimo decil de ingresos que están en carreras técnicas.

“Cuando la gratuidad permite que el rico estudie sin pagar, duele desde el punto de vista de la asignación de los recursos. Pero esta es una gratuidad que está enfocada, y si bien seguirá subiendo en el tiempo, lo hará en la medida de que Chile sea un país más rico”, afirmó Vargas al citado medio.

“Por supuesto que a nivel del diseño hay aspectos que a uno le gustaría haber cambiado o mejorado. Durante muchos años Chile tuvo una discusión muy interesante pero muy desgastante también, y se acordó a nivel transversal que este era el camino para financiar la educación superior”, agregó.

Fijar aranceles vs. Déficit presupuestario

En opinión de los expertos, otro de los desafíos del debutante subsecretario es trabajar en la fijación de los aranceles regulados, un tema crucial a la hora de definir los recursos que traspasa el Estado a las universidades por cada alumno que tiene la gratuidad.

Para ello, deberá llegar a acuerdos con las universidades que han alegado un déficit financiero desde que se sumaron a la gratuidad.

Al respecto, Vargas ha afirmado que “hay que ser un cautos” a la hora de hablar de déficit en las casas de estudio. “Recordemos que ocurre que respecto a los alumnos de los seis primeros deciles lo que la institución recibe es un arancel regulado que, en ocasiones, no siempre, es inferior al arancel que la institución cobraba usualmente”, afirmó en entrevista con Pauta.

Además, recordó que muchas de esas casas de estudio ya entregaban becas propias a los alumnos más vulnerables. “El déficit real de las instituciones es cuestionable. Yo animo a revisar los estados financieros de las instituciones porque dan cuenta que no necesariamente está tan mal”, agregó.

Sobre las posibles soluciones para llegar a acuerdos, el subsecretario ha sido claro: “Primero hay que acotar el problema. Ver a qué universidades afecta, en qué magnitud y de qué manera. En el caso de las universidades privadas, se creó un fondo de investigación que tiene como objetivo ayudar a paliar estos déficits”.

“Además, las universidades del Cruch que están adscritas a la gratuidad reciben aportes basales del Estado. Las universidades también tendrán que saber cómo manejar de mejor manera un presupuesto más contenido. Entre todos tenemos que tratar de sacar adelante esto”, concluyó.

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