A eso de las 14 horas llegó el empresario Carlos Cardoen a la Corte Suprema para declarar y ser notificado formalmente de la solicitud de extradición emitida por Estados Unidos, que lo acusa de exportar circonio, material utilizado para fabricar bombas de racimo que posteriormente habrían sido vendidas a Irak.
Cardoen apareció en el lugar con resguardo policial debido a que se encuentra cumpliendo arrrestro domiciliario total en su residencia ubicada en Rancagua.
El empresario compareció ante la cuarta sala de la Corte Suprema, específicamente ante la jueza de extradición Andrea Muñoz y presentó declaración durante tres horas.
Tras el interrogatorio, conversó con la prensa del proceso en curso donde se le acusa, entre ocho cargos, de fraude aduanero, declaraciones falsas y y tráfico de armas.
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“La declaración fue larga. Yo estoy tremendamente feliz porque, en 26 años de una persecución absolutamente injusta de la cual soy totalmente inocente y lo vamos a demostrar, he podido enfrentarme a nuestra justicia para poder defenderme por primera vez”, comentó.
En esa línea, agregó que está “sereno y tranquilo, esperando que continúe el procedimiento”.
Cardoen también indicó que espera “conocer las razones que ha tenido esta gente al imputarme estos cargos porque son una falsedad total y absoluta. Va a ser el proceso judicial que va a permitir aclararlo, porque por 26 años han jugado con mi reputación, mi honra y la de mi familia“.
Finalmente, consultado sobre si fue traicionado por el país americano, aseguró que “Estados Unidos está haciendo imputaciones falsas, nada más“.
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