Actualmente, la Ley de Tránsito no establece una edad máxima para poder solicitar una licencia de conducción. Sólo se fija como requisito básico tener más de 18 años (o 17 en compañía de un adulto), ser egresado de enseñanza básica, tener “idoneidad moral, física y psíquica”, conocimientos teóricos y la cédula de identidad vigente.
De acuerdo a cifras de la Ley de Transparencia, consignadas por El Mercurio, entre febrero de 2013 y febrero del presenta año, las municipalidades de Chile otorgaron 26.770 licencias clase B a las personas mayores de 80 años. De estas, 442 correspondieron a mayores de 90 años.
Esta realidad da pie a la discusión sobre la posibilidad de fijar un límite etario para obtener la licencia de conducir, debido a los problemas que van apareciendo en las personas con el paso de los años, como el deterioro visual, cognitivo, auditivo o motriz.
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Consultado por el matutino, el jefe del departamento de licencias de Las Condes, Felipe Feris, se muestra en desacuerdo con una medida de este tipo, precisando que las licencias que se entregan a adultos mayores pueden tener restricciones de tiempo (menos años de duración) y que a muchos no se les otorga por presentar problemas de visión o que no pueden realizar exámenes físicos o psicosensométricos.
De igual forma, Carlos García, médico cirujano especializado en geriatría de la Clínica Las Condes, no está a favor de una restricción de edad para conducir, aunque advierte que puede haber insuficiencia en los exámenes que realizan las municipalidades. “Para que un adulto mayor se maneje adecuadamente, requiere tal cantidad de coordinación psicomotra que muchas veces solo el examen psicotécnico que hacen en la municipalidad no es suficiente para detectar algunas fallas que pueden producir accidentes”, explica.
Agrega además que es un asunto que se analiza en su institución, debido a que cada día “llegan más adultos mayores que están manejando y que no debieran manejar”.
A la vez, según destaca al citado medio el director ejecutivo de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito, Luis Alberto Stuven, “los adultos mayores son más cautelosos para manejar y no existe un mayor riesgo en la conducción que una persona más joven”.
Una postura que también sostiene Álvaro Miranda, director del Programa Transporte y Logística de la UTEM: “Las personas, cuando son más viejas, son mucho más prudentes para conducir. Manejan más lento, y tienen muchas más precauciones. Por esto tienen una conducción a la defensiva mucho más agudizada que los jóvenes, que habitualmente son arriesgados, osados y no miden la peligrosidad de sus acciones”.
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