No ha pasado una semana desde que los duques Meghan Markle y Harry de Sussex anunciaron su parcial separación de la familia real y ya hay novedades sobre su nuevo hogar: dividirán su estadía entre dos naciones, Canadá y el Reino Unido.
Una decisión inédita para una pareja que estaba destinada a una vida completamente diferente según dictaba la tradición de la realeza británica.
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Un matrimonio que no logró escapar, hasta ahora, del ojo del huracán. Corrieron rumores de enemistad entre Harry y Meghan con los duques de Cambridge, William y Kate, y hasta se habló de un quiebre de relación con la propia reina Isabel II. Las especulaciones acabaron este lunes.
A los duques de Sussex, junto al pequeño Archie, se les permitirá dividir su tiempo entre los dos países. Eso, a cambio de pasar por un periodo de transición.
Una condición aceptada por la pareja cuya intención es llegar a ser financieramente independientes y donde la gran interrogante es cómo lo lograrán.
De su sustento económico se seguiría encargando la familia real, por lo menos por un tiempo. Lo que aún no se define es quién se hará cargo de pagar por su seguridad en Canadá.
“Creo que la mayoría de los canadienses apoyan mucho tener a la realeza aquí, pero para decidir qué tipo de costos están involucrados hay muchas discusiones que están pendientes“, sostuvo el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Hasta el momento se desconoce dónde se instalarán definitivamente Meghan y Harry y quién cubrirá sus gastos, pero una cosa es segura: por primera vez la realeza británica le permite a sus miembros tomar rumbos diferentes y estableciéndose al otro lado del Atlántico.
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