El fallecimiento del Papa Francisco marca el fin de una era en el Vaticano. Mientras la Iglesia Católica entra en luto, ya comienzan las conjeturas sobre quién asumirá el liderazgo espiritual.
La Iglesia Católica enfrenta uno de sus momentos más significativos en la historia reciente tras el fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años. Su deceso, confirmado este lunes por el Vaticano, ha marcado el inicio de un periodo de duelo global, mientras miles de fieles se congregan para rendir homenaje a un pontífice que transformó profundamente la Iglesia durante su pontificado.
Francisco, el primer papa latinoamericano, será recordado por su enfoque pastoral centrado en la misericordia, la inclusión y la reforma institucional.
Ahora, con la sede papal vacante, comienza una nueva etapa de discernimiento dentro del Colegio de Cardenales, que deberá elegir al próximo líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos en el mundo.
Uno de los nombres que ya ha comenzado a sonar con fuerza entre los observadores vaticanos es el del cardenal Robert Sarah, una figura reconocida por su sólida formación teológica y su apego a las tradiciones más conservadoras del catolicismo.
Originario de Guinea, Robert Sarah nació el 15 de junio de 1945 en la localidad de Ourouss. Fue ordenado sacerdote en 1969 y apenas una década más tarde, en 1979, fue designado arzobispo de Conakry por el Papa Juan Pablo II.
Su carrera en la Curia Romana ha sido destacada: ocupó cargos de relevancia como secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente del Pontificio Consejo “Cor Unum”.
Durante el papado de Francisco, Sarah fue prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos hasta su renuncia en 2021, al alcanzar los 75 años, tal como lo establece la normativa eclesiástica.
Reconocido por su elocuencia y defensa del celibato sacerdotal, el cardenal africano se ha mostrado crítico frente a algunas de las aperturas pastorales promovidas por el papa Francisco, especialmente en lo relativo a la liturgia y al papel de los laicos.
En 2020, protagonizó una controversia tras la publicación de un libro junto al papa emérito Benedicto XVI, en el que se reafirmaba la importancia del celibato, aunque posteriormente se aclaró que Benedicto no fue coautor del texto.
Aunque su nombre figura entre los potenciales candidatos al papado, expertos vaticanistas coinciden en que varios factores podrían limitar sus posibilidades.
Su perfil conservador podría generar divisiones dentro del Colegio Cardenalicio, especialmente entre aquellos que buscan una continuidad con la línea pastoral del Papa Francisco.
Por ahora, la atención está puesta en los funerales del pontífice y en los días posteriores, cuando se iniciará el proceso oficial que conducirá a la elección del nuevo Papa.
Además, el también parlamentario acusó que Larraín, cofundador de la entidad, arrastró recursos y personas en una operación que terminó defraudando al Fisco.
