(EFE) – En España, la Ley de Bienestar Animal entró este viernes en vigor para hacer frente de forma “pionera” a la impunidad de los maltratadores y culminar “la primera ola de derechos de los animales” como seres sintientes, con una batería de obligaciones a los dueños y sanciones por infracciones de hasta 200 mil euros.
La polémica ley, de la que estarán excluidos los perros de caza, ha entrado en vigor aunque a medio gas, dado que aspectos como el curso de tenencia de perros y el seguro de responsabilidad civil no serán todavía obligatorios, a la espera de un reglamento que no ha podido aprobarse porque el Gobierno actual está en funciones.
Medio año después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la ley de bienestar animal protegerá a los animales domésticos y las especies silvestres bajo cuidado humano, para evitar el maltrato y abandono, además de promover la adopción y tenencia responsable.
En España, se calcula que hay más de 29 millones de animales de compañía en los hogares y el perro es el más habitual, porque representa alrededor de la tercera parte de ellos, según datos de expertos.
La norma pretende eliminar “la lacra” del abandono de animales en este país, cuya cifra está en torno a los 300 mil cada año, advierten desde el Ministerio de Derechos Sociales, impulsor de la ley.
Asimismo, asegurar un sacrificio cero en las perreras, en donde cerca de 100 mil animales sanos de los abandonados son sacrificados, según el director general de Derechos de los Animales, Sergio Torres.
¿Qué establece la ley?
La nueva ley establece que los perros no podrán dejarse más de 24 horas solos, las tiendas de mascotas dejarán de venderlos y solo podrán adquirirse desde los criadores y tampoco podrán utilizarse animales domésticos en espectáculos públicos ni someterlos a trabajos excesivos ni maltratarlos.
La ley establece sanciones económicas que van desde los 500 a los 200 mil euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.
La eutanasia estará permitida bajo criterio veterinario cuando el bienestar del animal esté comprometido.
Los animales de compañía no podrán dejarse sin supervisión más de tres días consecutivos.
En el caso de los perros, el límite permitido es menor, no podrán estar solos más de 24 horas consecutivas.
Además, los dueños deberán identificar a sus mascotas, garantizar servicios sanitarios y recurrir a un profesional de comportamiento de animales cuando existan problemas de convivencia.
Asimismo, tendrán que evitar la reproducción indiscriminada y manejar a sus mascotas con métodos que no les causen sufrimiento.
Con esta normativa, España abre una nueva era legal frente a la impunidad de los maltratadores de animales, según la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.
Se trata de una legislación “pionera” a la que se suma la reforma del Código Penal sobre maltrato animal en España, en vigor desde el pasado mes de abril.
Con ambas normas, según la ministra, se da por culminada “la primera ola de derechos de los animales”, que han pasado a ser considerados seres sintientes.
La tramitación parlamentaria de la ley de bienestar animal no ha estado exenta de polémica con continuos tira y afloja en el seno del Gobierno de coalición (PSOE y Podemos) a cuenta de los perros de caza, que finalmente han quedado fuera de la ley, al igual que los de otras actividades específicas.
Han surgido fricciones también con el resto de fuerzas políticas y entre sectores como el científico y veterinario, al considerar complejas algunas de las obligaciones o incluso perjudiciales para los animales en algunos casos, y también ha recibido críticas jurídicas y desde el ámbito social y animalista.
Para unos, las exigencias normativas traspasan los límites de lo que podría llamarse protección animal y consideran sobredimensionados los derechos de los animales, mientras que para otros las medidas se quedan cortas y critican especialmente que no beneficien a animales tan castigados como los perros de caza.
Junto a esta ley de bienestar animal fue tramitado también en paralelo un segundo proyecto de ley, el de reforma del Código Penal sobre maltrato animal, que entró en vigor el pasado mes de abril, y que ha endurecido las penas a los maltratadores de mascotas y ha establecido nuevas circunstancias agravantes de delito.
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