(EFE) – Este viernes, Bill Cosby se negó a declarar en el caso en su contra donde se le acusa de agredir sexualmente a una niña de 15 años, Judy Huth, en la Mansión Playboy en 1974.
Al término de la audiencia celebrada en San Mónica (Estados Unidos), medios estadounidenses informaron que el comediante de 84 años se acogió a la Quinta Enmienda de la Constitución del país norteamericano, la cual concede a cualquier individuo el derecho a no testificar si sus palabras pueden ser usadas para perjudicarlo, es decir, para autoincriminarse de un delito.
En una rueda de prensa posterior, la abogada de la acusación, Gloria Allred, criticó que Cosby haya usado esta estrategia en un momento que no enfrenta cargos criminales.
Por su parte, el equipo jurídico del actor aseguró en un comunicado que su nueva abogada principal, Jennifer Bonjean, pretende que el cómico “sea absuelto por completo” en este caso, según la cadena de televisión Fox News.
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El caso
La negativa del comediante a declarar llega un mes y medio después de que la Corte Suprema del estado de Pensilvania anulara una condena de abusos sexuales en su contra.
Cabe recordar que en 2018 el Cosby fue sentenciado a prisión después de que un juez de Pensilvania lo encontrara culpable de un delito de abusos sexuales contra la canadiense Andrea Constand. Se convirtió en el primer famoso encarcelado en la era del “#MeToo”.
La víctima era entonces la entrenadora de baloncesto del equipo femenino de la Universidad de Temple, donde Cosby estudió y de la que él era un importante donante.
Sin embargo, el máximo tribunal de dicho estado revocó la condena en junio por un acuerdo civil previo que invalida el juicio y por el que el comediante, que reconoció los hechos, indemnizó a la víctima.
En la sentencia la Corte argumentó que Cosby no tuvo un juicio justo y no debió haber sido arrestado en 2015, cuando el nuevo fiscal del distrito de Montgomery (Pensilvania), Kevin Steele, descubrió nuevas pruebas que confirmaban que el actor había abusado de Constand.
Específicamente, lo que Steele descubrió fue un testimonio hasta entonces secreto de Cosby, en el que reconocía que daba a las mujeres unos sedantes antes de abusar de ellas.
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