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(EFE) – El presidente de Bolivia, Luis Arce, incluyó en su discurso de investidura duras críticas al gobierno interino de Jeanine Áñez, al que acusó de pisotear la democracia e incluso de sembrar la muerte en el país.

Luis Arce comenzó su intervención ante la Asamblea Legislativa de Bolivia denunciando que hace un año se “escamoteó la voluntad popular” expresada en las urnas.

Arce fue elegido por una amplia mayoría en las elecciones bolivianas del mes pasado, que se repitieron un año después de ser anuladas las que habían dado entonces ganador para un cuarto mandato consecutivo a Evo Morales, entre denuncias de fraude a su favor que siempre ha negado.

Aquel golpe de Estado, como lo califica el partido Movimiento al Socialismo (MAS) al que pertenecen Arce y Morales, dio lugar al gobierno interino de Áñez, a quien el nuevo presidente no citó expresamente en su discurso.

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El nuevo mandatario boliviano calificó de “guerra interna” lo que denunció como una persecución sistemática contra los más humildes, acusando a Áñez de sembrar “la muerte, el miedo, la discriminación”, con un gobierno “ilegal e ilegítimo” que persiguió al MAS.

Muertos, heridos, encarcelados y exiliados fueron algunas de las consecuencias, lamentó, de la “brutalidad del régimen” que dirigió Bolivia desde el 12 de noviembre del año pasado hasta su toma de posesión en esta jornada.

Ese día del año pasado asumió Jeanine Áñez, entonces una senadora opositora, después de que dos días antes Morales anunciara su renuncia denunciado que era forzado por presiones de militares y policías, entre otras.

Arce señaló que desde el fin de la dictadura en 1982 la democracia no había estado tan “mutilada” en Bolivia, por parte de lo que calificó de grupos minoritarios e incluso “paramilitares” que quedaron en evidencia con su clara victoria electoral por una amplia mayoría del 55,1% de los votos en las elecciones del pasado 18 de octubre. Agregó que gobernará sin odio pero con justicia, con un gobierno para todos, sin discriminación.

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“Una nueva etapa en nuestra historia”

El nuevo mandatario hizo un llamado a la unidad y a la paz en el país, asegurando que vendrá “una nueva etapa en nuestra historia”, en otro tono bien distinto en algunos momentos de su intervención ante el Parlamento boliviano. “Somos mayoría”, proclamó, para encarar la parte final de sus palabras emocionado, con momentos de voz entrecortada.

Otro de los ejes de su primera intervención como presidente de Bolivia fue la recuperación de la economía del país, de la que advirtió de que padece una profunda recesión no solo por la pandemia mundial de la COVID-19, sino por lo que consideró una pésima gestión del gobierno saliente.

“Se retrocedió en todas las conquistas”, criticó quien durante doce de los casi 14 años de Morales en el poder es considerado como el padre del milagro económico boliviano.

Frente al liderazgo económico en Sudamérica durante años, defendió, ahora Bolivia retrocedió a una caída de la economía irreconocible desde hace cuarenta años en algunos indicadores, con una deuda que deja Áñez de unos 4.200 millones de dólares.

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“Pasar esta página oscura de su historia” es ahora su reto, con un solo objetivo: “el vivir bien de los bolivianos”.

Arce habló de un gobierno de inclusión para dirigir con humildad el país, convencido de vencer a la pandemia y de superar la crisis económica. Entre gritos de “Lucho, Lucho”, concluyó con un mensaje de que “vamos a salir adelante”.

Al evento asistieron el rey de España, Felipe VI, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, además de representantes de otros países de América, principalmente, de Europa y de Asia.

En representación de Chile estuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, luego de que se anunciara que el mandatario Sebastián Piñera no viajaría. “Tiene una agenda particularmente intensa estos días y fundamentalmente este fin de semana y en consecuencia, se ha resuelto y él ha resuelto abocarse 100% a las tareas propias de los temas que tenemos por delante que son bastante acuciantes”, explicó esta semana el canciller.

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