Acusadas de “socavar la seguridad y estabilidad” del reino. Eso decía parte de la investigación contra activistas que luchan por el derecho de las mujeres en Arabia Saudita.

La oficina del fiscal del país desértico anunció el pasado viernes 1 de marzo que había completado su investigación contra distintas mujeres activistas que han resultado arrestadas por presionar por sus derechos a conducir.

11 activistas fueron arrestadas durante mayo del 2018 ante una ola de represión, con la que acusaron una contraria hacia el movimiento. Así lo confirmó un estudio publicado por Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Los grupos de derechos humanos y familiares de las detenidas criticaron malos tratos hacia estas mujeres, incluso acusaron que fueron sometidas a torturas durante el interrogatorio. Sin embargo, no se han enfrentado cargos formales por esto. Arabia Saudita negó que alguien haya sido maltratado.

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A tres semanas de que se otorgara el permiso a las mujeres para conducir por primera vez, el gobierno se vio complicado ante la ola de críticas y cuestionamientos ante la postura del príncipe heredero Mohammed bin Salman

De no concretarse, la amenaza podría persistir y el riesgo de hundir los elogios en favor del príncipe, quien había ganado popularidad por el anuncio del cambio en la normativa, son muy probables.

Además, los defensores de los derechos dijeron que esta represión desacreditó al príncipe heredero y a su consigna de reformador liberalizador.

Esto significó la oposición por parte de la jerarquía clerical a que las mujeres conduzcan.

La traición

Después de los arrestos, entre los cuales estaba Loujain al-Hathloul, una activista detenida durante 70 días en 2014 por intentar subir en linea un video de ella misma conduciendo, la controversia formó dos polos opuestos.

Por un lado, la oficina del fiscal de Arabia Saudita dijo que las activistas habían admitido colaborar con los partidos “hostiles al reino”, con los que habrían filtrado información confidencial e incluso “apoyo financiero y moral a elementos hostiles en el exterior”.

Ya con un total de 17 activistas detenidos, entre hombres y mujeres, el fiscal dijo que a ocho se les había concedido libertad, mientras que otras nueve aun estaban recluidas, según consignó The New York Times.

Distintos medios publicaron fotos y nombres de las detenidas. Pese a que el gobierno no revelara la identidad de las sospechosas, sus fotos fueron publicadas con un sello con la palabra “traidor” y que podrían arriesgar largas penas de prisión.

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Las declaraciones del fiscal y las publicaciones en los medios molestaron a los familiares de las activistas.

Loujain al-Hathloul, una de los activistas más destacados encarcelados.

“¿Podemos saber los resultados de las investigación y la tortura antes de que las mujeres detenidas sean trasladadas a juicio?”, escribió en Twitter Walid al-Hathloul, hermano de Loujain al-Hathloul.

Es la inquietud luego de que las acusaciones delataran, además de los malos tratos, que las activistas fueron recluidas en instalaciones probadas donde fueron golpeadas, electrocutadas y acosadas sexualmente. 

“Temblaba incontrolablemente”, escribió en enero de este año, Walid al-Hathloul, en una columna de The New York Times, tras una visita familiar donde su hermana recluida.

En ese momento, parte de las desgarradoras confesiones de Loujain, levantaron la sospecha de que si el gobierno estaba poniendo a prueba a las activistas para cuidar la reputación dañada del príncipe heredero como reformador y defensor de los derechos de las mujeres.

“Son impredecibles”, sentenció al-Hathloul sobre los funcionarios del reino, en una entrevista al medio norteamericano.

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