El cobre tiene importantes propiedades antimicrobianas y bactericidas que están motivando a emprendedores e industrias nacionales del área de la salud, la cosmética y la textilería a darle nuevas utilidades.
Hace una década que en Chile se impulsan emprendimientos que utilizan el cobre. Recientes estudios revelaron que en superficies que contienen este material el virus del COVID-19 solo dura 4 horas en vez de los 3 días que permanece en el plástico o el acero inoxidable.
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El sulfato de cobre es un material maleable y reciclable, lo cual permite que sea un aporte para la salud de las personas. Cuando la piel de un ser vivo es cubierta con geles y cremas a base de este material, el 99,9% de las bacterias se elimina en tan solo dos horas.
La unión hace la fuerza
Alta ley es una iniciativa público-privada de innovación en minería que conecta a 70 emprendedores en este tema. En conjunto crearon una hoja de ruta que estima que para el 2035 la demanda cobre podría incrementarse hasta en un millón de toneladas, solo por sus usos en salud.
“Estamos trabajando en programas de internacionalización y difusión internacional para que las tecnologías creadas en Chile y patentadas en el país puedan difundirse y tener un impacto global”, manifestó a Minería 360 Fernando Lucchini, presidente ejecutivo de Alta Ley.
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No solo emprendimientos forman parte de esta iniciativa, ya que también hay empresas que cuentan con 100 años de funcionamiento, como el Laboratorio Arensburg de cosmética y cuidado de la piel. Ellos crearon una línea de productos que actualmente se exportan a países como China, Ecuador y Perú.
Novedosas creaciones
Una de las principales ventajas que ofrece el cobre es que puede integrarse a los productos sin alterar su forma. Ese es el caso de The CopperCompany, una empresa textil que fabrica mascarillas, guantes y sábanas para recintos médicos utilizando hilos hechos del material.
“La idea era poder integrarlo a la mayor cantidad posible de telas, y para eso necesitábamos que no se viera, que el cobre estuviera adentro (…) y esa libertad era posible acá en Chile, porque tenemos las máquinas para poder desarrollar todo tipo de tela”, reconoció Rocío Cassis, gerente de producción de la empresa.
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