El primer ministro Benjamin Netanyahu, líder del partido Likud, sería el gran ganador de la tercera elección sin precedentes que ocurre en Israel en los últimos 11 meses.
Y si bien este resultado deja en buen pie a Netanyahu, aún necesitará encontrar socios para formar gobierno con mayoría en el parlamento de 120 escaños.
“El eje de la campaña de Netanyahu fue el sionismo, es decir la expansión a los territorios ocupados o a Cisjordania, la multiplicación de los asentamientos de colonos, que según la ley internacional es ilegal”, dijo el analista internacional Raúl Sohr.
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El periodista agregó que el apoyo que Donald Trump le brindó al primer ministro israelí, el que incluyó el cambio de la embajada estadounidense a Tel Aviv a Jerusalén.
A ello se sumó el denominado “Acuerdo del siglo”, en el que se pretendía definir de una vez por todas el territorio israelí y el palestino.
Aún cuando esta era la tercera elección en Israel en el último año tuvo una gran convocatoria, teniendo una mayor cantidad de votantes que en elecciones anteriores.
Sin embargo, nada asegura que esta fue la última instancia de votación. De no alcanzarse los quórums necesarios, es posible que los israelíes deban asistir a una cuarta votación.
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Las dificultades de Netanyahu las ha encontrado en los casos de corrupción y cohecho en su contra, los cuales han sido relevados por sus opositores ante el miedo que, de llegar a formar gobierno, apruebe legislación que lo descarte de su situación judicial.
“Le van a pedir que trate de formar el gobierno el mismo día que él tiene que aparecer por primera vez en tribunales para defenderse”, agregó Sohr al respecto.
Se espera que el domingo 8 de marzo los líderes de los partidos que hayan logrado representación en el parlamento parara que inicien consultas con el presidente de Israel sobre quién debería ser el primero en formar una coalición. Tras ello se inician las conversaciones y tendrán seis meses máximo para acordar la forma en que se dará el próximo gobierno.
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