Por Mónica Rincón
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Publicado por CNN

Anoche en 360° de CNN, el ex gerente general de Banchile, Francisco Armanet, afirmó que tiene grabaciones de diálogos entre Sebastián Piñera y ejecutivos durante la compra de acciones de LAN, cuando el actual presidente poseía información privilegiada de la empresa.

En su momento, la Superintendencia de Valores y Seguros investigó el caso, pero no pudo acceder a las grabaciones: Banchile se negó a entregarlas. Finalmente, Piñera fue multado por no cumplir con el deber de abstenerse, pero no por uso de información privilegiada, que sí es un delito.

Lo más insólito es que las grabaciones fueron guardadas como prueba en caso de que la justicia, pero no de Chile, sino de Estados Unidos, lo requiriera. Porque allá estos temas se enfrentan de verdad y estos casos pueden perseguirse hasta 20 años después de ocurridos.

Allá, el uso de información privilegiada ha llevado a la cárcel a famosos como Martha Stewart, que se convirtió en la interna número 55170-054 de una cárcel Florida. O al empresario y filántropo Raj Rajaratnam, que recién saldrá de la cárcel en 2021.

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No hay condenas así en Chile, aquí las penas son ridículas: empiezan en 61 días, como robarse un chocolate. Ni siquiera hay un catastro de casos porque la superintendencia se resiste a entregar información completa sobre los sancionados.

Usar información privilegiada es jugar sucio. Es no ganar dinero con trabajo y talento sino haciendo trampa. Quienes así actúan son lanzas de cuello y corbata.

Entender la relevancia de estos delitos que vulneran la libre competencia y afectan a otros empresarios y directamente a los ciudadanos es el primer paso para combatirlos, con autoridades empoderadas, leyes drásticas y castigos que duelan.

Porque lo que está en cuestión es la confianza de la sociedad el mercado y en las instituciones judiciales y democráticas. Un mercado donde si no se juega limpio los grandes arrasan una y otra vez con los más chicos.

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