Por Daniel Matamala
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Publicado por CNN

Ni política ni salomónica. Fue contundente. 8 a 0 en las razones. 12 a 3 en los votos. La Corte Internacional de Justicia barrió con todos y cada uno de los argumentos de la demanda boliviana y dio un triunfo total a la posición chilena.

El Presidente Evo Morales intentó reinventar el derecho internacional con un caso audaz y logró ilusionar a su pueblo con promesas infundadas durante 5 años. Ahora, justo en el momento político más delicado para él, ese castillo de naipes se derrumba, y pone en jaque su futuro.

Para Bolivia son 5 años perdidos, tras los cuales está más lejos que nunca del mar, porque la demanda solo sirvió para unificar a la opinión pública chilena en torno a un rechazo tajante. Deberá pasar mucha agua bajo el puente antes que un gobierno chileno piense siquiera en conversar de soberanía con Bolivia.

Pero ojo: si bien este caso fue un artilugio de Evo, la demanda marítima no lo es, y continuará más allá de La Haya y más allá de la continuidad o no del propio Morales en el poder.

En el lado chileno, el Presidente Piñera es el gran ganador y sin duda recibirá un fuerte impulso político. Su desafío ahora es mantener la sobriedad, sin sobregirarse como lo ha hecho en otros momentos triunfales, y aprovechar el clima de unidad nacional para avanzar en acuerdos constructivos.

Es que este es un triunfo del Estado chileno. Es momento para festejar con sobriedad y para reafirmar nuestra presencia en la comunidad jurídica internacional, donde hemos defendido nuestros legítimos intereses con la fuerza de la razón.

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