El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a denunciar fraude en las elecciones -sin mostrar ninguna evidencia-, lo que ha venido haciendo desde que su rival, Joe Biden, tomó la delantera.
Actualmente, Biden tiene 253 votos electorales y Trump 213. Para ganar, necesitan 270. Medios como el conservador Fox News ya le asignaron Arizona al demócrata, con lo que le quedarían sólo seis votos electorales para convertirse en el próximo presidente de EE.UU.
El clima es de máxima tensión en el país norteamericano. El jueves, ante el nuevo alegato del mandatario, varias cadenas de TV estadounidense decidieron cortar su discurso, para así evitar la desinformación.
En Última Mirada, el analista internacional Raúl Sohr comentó que “se está configurando un escenario muy peligroso en el que pueden correr rumores, pueden actuar grupos que no están bajo control, es decir, pueden ocurrir cosas que cambien el escenario y que pueden tener consecuencias muy serias”.
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El experto agregó que, incluso si todo transcurriera de forma tranquila, “EE.UU. está viendo jornadas muy amargas y duras, porque aquí lo que se está afectando es algo vital, que es lo que se conoce como el poder blando, es decir, el prestigio de un país”.
Por décadas, EE.UU. se ha erigido a sí mismo como un referente de la democracia. “¿Qué autoridad moral va a tener Estados Unidos después de lo que estamos viendo?”, dijo, enumerando algunos de los episodios más críticos: “el presidente puede hablar de un fraude sin entregar ningún antecedente concreto; se presiona a los locales de votación, donde aparecen individuos fuertemente armados”.
“Si hay un presidente que se declara en rebeldía frente a resultados establecidos y comienza a haber una serie de pronunciamientos por parte de un número de instituciones, entramos -como dicen los estadounidenses- en aguas desconocida que no tenemos mapa para navegarlas”, añadió.
Por último, especulando sobre los motivos de la resistencia de Trump a dejar la presidencia, el analista señaló que “él sabe los riesgos que corre una vez que salga de la Casa Blanca, por lo tanto, por un lado va a tratar de resistirse, y si ya no puede hacerlo, probablemente va a tratar de negociar los términos”.
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