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Podrá ser motivo de indignación, pero ¿de sorpresa? Que el embajador de China se queje por la reunión de dos diputados con uno de los líderes del movimiento disidente de Hong Kong no es una excepción, es la norma.

¿Tiene derecho a expresarse en los medios el embajador? Sí, aunque digamos que su tono distó bastante de ser “diplomático”, porque hasta aconsejó a Jaime Belollio preocuparse más de su distrito y calificó como matón a Joshua Wong, activista que pide elegir a sus autoridades y libertades civiles. Muy matonesco él.

Hay otros dos aspectos que son mucho más preocupantes. Primero, las presiones del gigante asiático, que está plenamente consciente de su poder económico. China ha presionado para que no se forme un grupo parlamentario de apoyo a Taiwan, China pidió cambiar la fecha del viaje de diputados a ese territorio, China ha abogado porque el Dalái Lama no sea recibido por las máximas autoridades chilenas. Eso sí es preocupante.

Y sobre todo que surjan efecto sus presiones. Porque así ha sido. Todos negocian y agasajan a los representantes de una dictadura a la que disculpan o explican porque es milenaria, porque es otra cultura, porque el comunismo chino, de la mano de su poderío, se gana el silencio transversal.

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Alejandro Guillier como candidato presidencial tuvo como destino de sus periplos a esta potencia, el presidente Sebastián Piñera en su visita sostuvo que cada país puede tener el sistema político que elija (como si las dictaduras se eligieran) y así suma y sigue.

Pero el embajador Xu Bu sigue molesto, como lo estuvo antes cuando los diputados Walker y Matta presentaron un proyecto de resolución para condenar las violaciones a los DD.HH. en el país asiático. Injerencia indebida, sostuvo antes como ahora. Absurdo, agregó.

Se equivoca. Defender los garantías fundamentales no es intervencionismo: es una obligación que no tiene fronteras. Así lo reconoce el derecho internacional justamente porque quienes son oprimidos no pueden defenderse ellos.

Pero en una línea, ¿por qué China actúa así? Simple: porque puede.

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