Por Mónica Rincón
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Creo que hay que regular la prensa, los medios de prensa, o sea, no puede en este país seguir ocurriendo lo mismo”. Palabras de la magistrada Dobra Lusic frente a los senadores. Intervención que vale la pena analizar.

Veamos qué es lo que no puede seguir pasando según Lusic: “No puede ser que cuando una persona llega a un momento tan trascendente, importante, de su vida, que es la culminación, sea objeto de gestiones de esta clase, con un ensañamiento, con una virulencia despiadada.”

Me parece que la magistrada se equivoca. Es justo cuando alguien llega a un momento tan trascendente como el que ella atraviesa -postular al máximo tribunal de justicia de Chile- cuando debe ser objeto de un escrutinio más acucioso.

Ella sostiene que ha habido ensañamiento. Sería interesante que especificara, porque lo que ha hecho la prensa es informar de acusaciones y actuaciones relevantes, y que tan relevantes son que fueron el tema central de su reunión con los senadores. Tan relevantes son, que han puesto puntos suspensivos a su llegada a la Corte Suprema.

Luego sostuvo que a un hombre no le habría ocurrido igual y me parece que aquí no hay misoginia en el escrutinio que ha sufrido ella. En estos mismos días los legisladores Letelier, Naranjo, los fiscales Arias y Moya, el actual secretario del Senado Raúl Guzmán, han sido escrutados y criticados con igual o más dureza que ella.

Querer matar al mensajero en vez de afrontar el mensaje, no parece ser una buena receta. Al terminar Lusic la sesión, dijo que se refería a “la propia regulación que la prensa tiene que hacer en cuanto al control ético que tiene que tener”.

Pero sucede que ella sabe bien que ya hay controles internos y externos para la prensa: manuales de estándares periodísticos, los propios editores de cada medio, el Colegio de Periodistas, la Federación de Medios de Comunicación. Y cuando un ciudadano se siente afectado, puede recurrir a los tribunales de justicia.

Afortunadamente, esos son los controles y no más que esos, como querría la tal vez próxima ministra de la Corte Suprema. Porque es tremendamente riesgoso cuando el fiscalizado quiere acallar los cuestionamientos e investigaciones, que no son más que el escrutinio que los periodistas deben hacer representando a los ciudadanos.

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