Bernardo Larraín, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), se refirió a los resultados del plebiscito en el que la opción Apruebo obtuvo el 78,27%, lo que “habla bien del interés de los chilenos en lo público”, sostuvo.
En entrevista con CNN Chile, comentó que “si uno ve los países que uno admira, la principal diferencia que hace, es que no sólo hay instituciones sólidas, el Estado, la Justicia, el Legislativo, sino que hay una sociedad civil vigorosa, organizaciones intermedias, gremios empresariales, académicos y centros de estudio que se activan en el debate público, no le dejan la política a los políticos sino que asumen un compromiso con lo público y creo que eso es un deber”.
Consultado por su reflexión sobre las tres comunas de la Región Metropolitana en que ganó el Rechazo (Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura), Larraín expresó que “hubo distintas lecturas de lo que este plebiscito representaba”. “Los sectores más privilegiados piensan que estaba en juego el proyecto país de Chile, que podría haber una crítica al progreso de los últimos 30 años y finalmente la manifestación masiva entorno al Apruebo, de personas de derecha, izquierda y centro, si es un 80%, es porque toda la diversidad chilena esta presentada en esa opción”.
El líder del gremio empresarial apuntó que “los últimos 15 años dejamos de tener un reformismo decidido, por ejemplo en temas como pensiones” y que “es un hecho objetivo que ese reformismo se adormeció tanto parar reactivar la economía como cerrar brechas sociales“.
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Si bien Larraín destacó que “soy un partidario de la democracia representativa”, dijo que “debe dialogar con más espacios de participación y eso es perfectamente compatible. Me parece que lo que los chilenos expresaron fue eso: un proceso distinto para revisar las reglas del juego que logren que la política haga lo que no ha hecho en los últimos 10 años que es construir acuerdos”.
Uno de los principales temas, a su juicio, en los que se debe trabajar desde la sociedad civil es en “activar espacios más horizontales de diálogo dentro de las empresas, muchas veces el diálogo se limitaba la negociación con el sindicato, las condiciones económicas. Y también hay que reconocer la realidad de esas personas”. Es decir, debería haber una “mirada multidimensional”, en la que la “empresa tiene que conocer a cada uno de sus trabajadores más allá de las condiciones que le ofrece, debe conocer su realidad familiar, personal”.
También adelantó que “el proceso constitucional ni va a ser mágicamente una fuente de incertidumbre en sí mismo, ni de tranquilidad, va a depender de las acciones y señales de los liderazgos políticos”.
Para bajar el nivel de incertidumbre, recomendó “que se anticipe el acuerdo para definir las reglas de funcionamiento de la Convención Constituyente sería muy positivo“. “Todo lo que son las reglas de funcionamiento despejarían mucha incertidumbre“, agregó.
Finalmente, concluyó que “los constituyentes van a funcionar mucho mejor si hay muchos actores que los desafían, que les preguntan, los escrutan y uno de ellos va a ser el mundo empresarial, no tenga dudas que vamos a estar activos en ese proceso“.
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