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En el análisis del aniversario del 18 de octubre, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín, indicó en conversación con CNN Chile que esa fecha “fue un momento de mucha perplejidad” que se expresó en dos actos.

Según estimó, el primero de ellos ocurrió “el mismo 18, con esa expresión violenta donde básicamente un símbolo el progreso de Chile en los últimos 30 años, como es el Metro de Santiago, era quemado (…) y el segundo acto, el 25 de octubre, cuando más de un millón de personas se reúnen en Plaza Italia y se expresan demandas sociales no resueltas”.

Respecto a esto último, Larraín señaló que debe haber una “conciencia o una autocrítica de que en los últimos 15 años claramente se adormeció ese espíritu reformista, el desafiarnos de profundizar nuestra evolución empresarial” y de responder a las necesidades de la ciudadanía.

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Plebiscito

A una semana del plebiscito, Larraín ratificó su preferencia por la opción del Apruebo tal como anunció meses atrás. Pero, al mismo tiempo, agregó que “como presidente de la Sofofa somos prescindentes. Sin embargo, no queremos ser prescindentes en el debate de contenidos” de la Carta Magna.

Uno de los temas a tratar en la carta fundamental apuntaría a las brechas sociales que, según Larraín, son de dos tipos. “El primero son básicamente personas que objetivamente no accedían a un plan de dignidad en materia de pensiones, salud, educación, vivienda. Y el segundo tipo principalmente relevante es la brecha entre expectativas”.

En su análisis, Larraín estimó que esto se produce por una falla en “el sistema político que en los últimos 15 años perdió esa capacidad para procesar esas demandas para transformarlas en soluciones de largo plazo y sustentables”, y que se explicaría por una falla de acuerdos entre la oposición y el oficialismo.

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Por lo tanto, el presidente de la Sofofa consideró que “lo realmente relevante del proceso constitucional es cómo lograr reformar el sistema político, cómo colabora el oficialismo con oposición y cómo dialoga el régimen político con el sistema electoral” y, de esa manera, “la Constitución puede ser un iniciador de la esquiva modernización del Estado”.

El desafío empresarial

Una de las recientes críticas que apunta al sector empresarial se relaciona con la reducción de multa que recibió Julio Ponce Lerou como dictamen de la Corte Suprema por el Caso Cascada. Frente a esto, Larraín aseguró que “lo que realmente tenemos que hacer las empresas es abocarnos a desafiarnos permanente y sistemáticamente a acercarnos a esa cambiante brecha de buenas prácticas empresariales”.

“Algunos quieren que nos inmovilicemos en esta autoflagelancia. Yo prefiero pararme y asumir, entendiendo que hay un reproche a las élites políticas y económicas a quienes hemos ostentado algún grado de influencia”, reconoció Larraín.

En cuanto a la ética empresarial en este tipo de casos, Larraín expresó que “los gremios tienen que condenar los hechos, las prácticas, llamar a las empresas para que informen y corrijan los hechos”, pero haciendo hincapié en que “hay que separar la empresa de las personas que cometen delitos”, ya que “las personas cambian y las empresas siguen”, sentenció.

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