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“Notifíquese: hoy comienza la ofensiva”, decía el cartel que sorpresivamente fue desplegado en el Patio de los Cañones al interior de La Moneda.

La idea era no levantar sospechas, por lo que, con gorros y bolsos naranjos, el martes 24 de mayo del 2016 una veintena de jóvenes logró ingresar al palacio de gobierno haciéndose pasar por turistas. ¿El objetivo? Protestar contra la presidenta Michelle Bachelet, quien en la Cuenta Pública de aquel año no expuso los anuncios que los estudiantes esperaban, calificando estas como dirigidas al empresariado.

La situación generó una confusión tal que carabineros de civil detuvieron a otros policías de la misma condición.

La acción fue adjudicada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) en conjunto con la Federación de Estudiantes de la Universidad Central (Feucen).

“Irrumpimos en estas dependencias para notificarle al gobierno y a la presidenta que fracasaron (…) Hemos decidido notificar a la presidenta en su propia casa para que no se entere por la prensa, que fracasaron y Chile se cansó de esperar”, enunciaba el comunicado emitido por las organizaciones.

El en ese entonces ministro del Interior y Seguridad Pública, Jorge Burgos, pudo observar lo ocurrido desde su ventana y señaló que “no está bien lo que ocurrió y habrá que tomar ciertas medidas”.

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