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Antes de entrar al 2010, lo más cercano a género urbano en Chile eran nombres como Croni-k, Eyci and Cody y La Secta, potenciados por el reggaetón que capturó la atención radial durante la primera década del siglo XXI.

Años más tarde llega al país un género musical que fue rechazado por el establishment de la música urbana: el trap. Influenciado por la cultura del hip hop, este estilo nació hace 20 años en Estados Unidos, luego que artistas como T.I, Young Jeezy y Gucci Mane mezclaran la música electrónica y el rap.

“El trap fue parido en los márgenes de la sociedad, con las ‘traphouses’ (casas donde se venden y consumen drogas) como primer hábitat”, explica el periodista Andrés Panes en un artículo de La Tercera.

“De ahí su código estético, en el que es común que los músicos asuman el rol de narcotraficantes o consumidores tal como un baladista adopta el papel de eterno fracasado en el amor”, agrega.

El uso excesivo de autotune es otra de las características del género, que ha sido foco de crítica por lo más puristas de la música. Exponentes como Pablo Chill-E se defienden señalando que es un recurso musical como tantos otros.

Su llegada a Chile

Bastaba con un micrófono y el programa FL Studio instalado en el computador para crear verdaderas piezas de trap, movimiento que poco a poco se tomó cada rincón del mundo, desde artistas como Dandee en Tailandia hasta GHALI en Italia. En Chile no fue la excepción.

Si bien no se tiene claro cuál fue la primera canción trap en el país, ya en 2010 el grupo Downzouthkingz publicó su disco La zona cero, donde algunos tracks hablan del tráfico de drogas en las poblaciones y letras explícitas sobre sexo con ritmos que se asemejan al género originado en Atlanta.

Al mismo tiempo, Zonora Point, dúo integrado por Jamez Manuel y Camileazy, trataban de no encajar en ningún género musical en canciones como El Motín. En 2015 se enmarcaron en lo urbano con la publicación de Neon Mixtape.

Desde el aterrizaje de Bad Bunny a la industria musical en 2017, este ritmo comenzó a apoderarse de la programación radial en Latinoamérica. El portorriqueño es uno de los más destacados con dos discos publicados: uno en solitario (X100PRE) y otro junto a J Balvin (Oasis).

Dado la fama que adquirió el trap a nivel mundial, pronto aparecieron nombres locales en carteles de festivales tan masivos como Lollapalooza Chile y acaparando cada vez más público a nivel nacional y en el extranjero. Conozcámoslos a continuación:

Pablo Chill-E

A los 15 años comenzó a grabar canciones que llegaron a oídos del sello español La Vendición de Yung Beef y, en menos de tres años, ya había lanzado decenas de singles, mixtapes y videoclips que fueron altamente difundidos por Internet.

Sus canciones hablan de temas como la delincuencia, sexo, drogas y lujos, pero también tiene una mirada crítica respecto a la corrupción en la política y de la falta de oportunidades en la sociedad.

Es fundador y lider de Shishigang que, además de ser un colectivo de cantantes de trap, también se presenta como una coordinadora social en Puente Alto.

Ceaese

Felipe Arancibia es un músico, productor, diseñador y uno de los más longevos del género. Comenzó su camino en la música a través del rap y poco a poco se enmarcó en el ambiente del trap. “Ya con 32 años, soy como el tatita del trap”, declaró a comienzos de este año al Diario U. de Chile.

El álbum Utopía, que cuenta con colaboraciones de Polima Westcoast, Young Cister, Drefquila y Gianluca, fue el ganador en la categoría Mejor Disco de Música Urbana en Premios Pulsar 2019.

Gianluca

En marzo de 2017 publicó Siempre triste, una canción que sin ninguna estrategia promocional se volvió un fenómeno desde plataformas digitales. Esta fue la carta de presentación del cantante y productor que hoy está en las filas del sello Quemasucabeza.

El joven criado en la comuna de San Miguel adquirió popularidad con sus letras sobre desilusiones amorosas, mostrando una propuesta distinta a la de otros exponentes del trap, un género que él trata de no encasillarse.

En octubre del 2019 estrenó su primer larga duración Yin Yang, que cuenta con colaboraciones de Javiera Mena, Gepe y Pablo Chill-E y la producción de Pablo Stipicic.

Princesa Alba

Trinidad Riveros llegó a la música tras la viralización de su primer videoclip Mi Only One, que superó el millón de reproducciones en pocas semanas. Si bien eso le trajo popularidad, también trajo una parte negativa como el bullying en redes sociales.

A pesar de eso, Riveros tomó la decisión de profesionalizar su propuesta artística. En abril del 2018 lanzó Del Cielo Mixtape, que le valió una nominación a Premios Pulsar como Mejor Artista Revelación.

Luego, pasó a grabar en estudios profesionales de la mano del músico Francisco Victoria, con quien ha publicado sus singles que cada vez se acercan más al pop: Summer Love, Convéncete y Hacerte Mal.

Polimá Westcoast

Hijo de padre angolés y mamá chilena. Con su particular efecto de voz, este joven nacido y crecido en la comuna de Independencia ocupa un lugar identificable en la escena del trap local.

A la fecha tiene dos álbumes publicados y recorre Chile en compañía de Young Cister, con quien forma el dúo Brokeboyz. El chileno-angolés se presentó en Lollapalooza Chile 2019 y se repetirá el plato en la versión 2020.

Paloma Mami

A esta chilena nacida en Nueva York le llegó la fama de sopetón. Tras un paso fugaz por un programa de talentos, Paloma Castillo publicó su primer single Not Steady, caracterizado por el uso del spanglish (letra en español e inglés) y un coro pegajoso.

El videoclip de este canción se viralizó rápidamente, llegando hasta los oídos de los ejecutivos de Sony Music Latin, quienes la contrataron para publicar sus próximos sencillos No te enamores, Fingías, Don’t Talk About Me y Mami. Fue la artista chilena más escuchada en Spotify durante 2019.

Si bien su estilo musical no se podría enmarcar en el trap en sí, permitió abrir puertas para artistas del género en el extranjero.

Drefquila

El año 2013, Claudio Montaño era un reconocido nombre del freestyle en el rap, se apodaba Dref Killah, y participó en varias competencias internacionales del género.

Paulatinamente desde 2015 se concentró en el trap, y desde allí ha dejado marcas en esa historia: sus canciones fueron las primeras en superar el millón de visitas en las plataformas de streaming y fue el primer nombre del género contratado por un sello multinacional, Warner Music.

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