Por Susana Vega
Bruno Córdova

Caminando por las calles de Montevideo, Uruguay, Rafael Antonio Cavada de Vasconcellos (51) se topó con una librería a la cual decidió entrar. Recuerda que fue hace unos 10 años y que, en ese entonces, estaba encantado con J.R.R. Tolkien, el escritor de El Hobbit y la saga de El Señor de los Anillos.

Buscando entre diversos ejemplares, uno de ellos acaparó su atención. Se trataba de Juegos de Trono (1996) el primer tomo de la saga Canción de Hielo y Fuego del estadounidense George R.R. Martin.

Ya había leído algunas reseñas, por lo mismo, se detuvo a hojearlo. Fue en ese momento cuando decidió darle una oportunidad. Leyó el primer libro, luego el segundo (Choque de reyes, 1998), después el tercero (Tormenta de espadas, 2000), el cuarto (Festín de cuervos, 2005) y quinto (Danza de dragones, 2012).

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Llegó a un punto de no retorno y fue capturado completamente por el universo de Martin. Sin embargo, hasta hoy, la saga lo tiene con una pequeña espina clavada.

El periodista y panelista de Contigo en La Mañana ha sido seguidor de la fantasía heroica. Hace años se adentró en el mundo de Conan del estadounidense Robert E. Howard, quien es considerado como uno de los padres del subgénero espada y brujerías.

Analiza que, desde Howard, fue Tolkien quien “se pegó un salto” en esta área. Luego, hubo una avalancha de historias de este tipo, pero a su parecer, fue George R. R. Martin quien vuelve a poner la fantasía heroica “en un primerísimo primer nivel”.

La favorita

Las primeras 50 páginas de Juego de Tronos lo deslumbraron. Recuerda perfectamente los detalles de cuando Jon Snow encuentra a los lobos huargo y entrega uno a cada hijo de Ned Stark. “Toda la magia que había empleada en la narración, hasta ese momento, hace que el libro sea imposible de dejar, no puedes parar de leerlos”, dice en conversación con CNN Chile.

Confiesa, además, que una de las historias que más lo cautivaron fueron las que ocurren en Valyria, en el desierto con los Dothraki y todo lo que desarrolla Daenerys.

“Tiene toda una mística muy oriental. Me interesaba ver cómo lo adentraba en un relato que es, prácticamente, un reflejo de occidente medieval. Entonces, cómo mezcla esas dos cosas y cómo se va mostrando la transmutación de Daenerys, que pasa de ser una mujer abusada por su hermano a la reina de los dragones, es maravilloso”, cuenta el conductor de Sonar Informativo.

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El desarrollo de los personajes son un punto aparte. Destaca que tanto la riqueza como la variedad hacen que la historia sea fascinante.

“Por ejemplo, Tyrion Lannister es un genio. Su padre, Tywin, es un genio perverso. Se merece la muerte que tiene”, dice entre risas.

En la misma línea, destaca a Jon Snow (“por esa suerte de jugar en un segundo plano y saltándose al primero”) y la potencia de Daenerys. “En realidad todos los Targaryen tienen una cosa muy seductora. Lo malo que tiene Martin es que cada vez que uno se enamora del personaje de pronto ¡boom! Sin previo aviso lo saca de la historia”, añade.

No obstante, si tuviera que elegir a un personaje, sería a Arya Stark.

“Ella va perfeccionando su capricho inicial, de ser una guerrera hasta transformarse en una artífice de la muerte. Ella debe tener un rol fundamental de cara a la última temporada, que todavía no descubro. Es un personaje súper poderoso y es la que se va depurando, la que permanece más fiel a su esencia durante toda la obra. Los demás son sometidos a fuerzas demasiado poderosas que los van cambiando, los van transmutando, pero ella no, se va depurando. Me encanta porque rompe los esquemas”, explica.

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Libros, un regalo de los dioses antiguos

Si bien Rafa es un fiel seguidor de las obras de George R.R. Martin —incluso leyó la precuela de Canción de Hielo y Fuego, El Caballero de los Siete Reinos (2015)—, comenzó a ver la serie, producida por HBO, hace sólo un mes.

El estreno de la octava y última temporada ha sido tema obligado a nivel mundial. Tras una espera de un año y ocho meses, desde este domingo 14 de abril los fanáticos de este drama volverán a deleitarse con la historia y conocerán el futuro de Westeros.

Con mi señora dijimos ‘se viene la octava temporada, hay que verla’. Claro, teniendo una bebé de 10 meses la cosa se complica. Entonces, en los ratos en que ella nos deja libre, la vemos. Estoy terminando la primera temporada y pienso hacerlo constantemente hasta llegar a la octava”, explica.

Sin embargo, el motivo por el cual comenzó a verla hace poco es sólo uno: Fue superado por la tardanza del lanzamiento del sexto libro de la saga, Vientos de Invierno, el cual debería publicarse este 2019, ocho años después de la distribución del quinto.

Los libros siempre son mejores. Esta serie es una maravilla de producción. Yo esto se lo decía a algunos alumnos de segundo o tercero medio con los que hice una charla hace poco: ‘Tú puedes ver el dragón más hermoso creado por una animación computacional, con todo lo que ello implica. Sin embargo, el dragón que describe una letra, un párrafo escrito, se forja en tu cerebro y es insuperable. Tiene atributos que no tiene ningún otro. Los libros tienen una magia, una profundidad de desarrollo que no tiene ninguna serie. Por eso, yo los prefiero, porque van de un tema a otro: del poder a la oscuridad. Los libros son un regalo de los dioses antiguos”, señala.

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Confiesa que desde que leyó Danza de Dragones, tuvo la ilusión de que la sexta obra se lanzara antes que la última temporada de la serie.

Siempre tuve la esperanza de que el canalla de Martin, lo digo con mucho cariño, editara el libro antes. Tus lectores nos sentimos defraudados jajaja. Le estás dando el gusto a los televidentes primero. Pero bueno, pega es pega”, cuenta riendo.

Yo creo que (el libro) lo tiene escondido y está aprovechando de vender todo lo que había escrito en los últimos 20 años”, añade.

En el caso de Game of Thrones, la serie avanzó más que los libros. Desde la sexta temporada, gran parte del contenido original no es encontrado en la saga de las obras escritas. Algunos elementos fueron de novelas e información que Martin reveló y trabajó con los productores. Por este motivo, apareció un fenómeno que Rafael no imaginó: La probabilidad de que la serie le entregara spoilers.

Yo siempre estuve adelantado, pero ahora estoy en la posición inversa. Evito leer todo lo que pueda significar un spoiler”, confiesa.

Mientras continúa esperando —indefinidamente— el lanzamiento de Vientos de Invierno, goza viendo la serie argentina El Marginal y leyendo El problema de los tres cuerpos de Liu Cixin. No obstante, intuye que no habrá otro escritor al nivel de Martin.

Lo que él tiene es un constante vuelco, uno sobre otro, giros y más giros. Esto hace que el tipo sea fascinante. Yo, después de él, no he buscado más fantasía heroica”, explica.

A su vez, tiene la intención de continuar viendo Game of Thrones hasta finalizar la octava temporada. Sabe que va atrasado, pero el desafío está presente.

“La terminaré. Me pegaré una maratón de tres capítulos por día. Confieso que no me vuelvo loco, porque, aunque vea la serie, si sale el libro yo lo voy a comprar, porque es una obra maestra. La serie puede ser excelente, pero sigue siendo el reflejo del libro”, concluye.

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