En su columna semanal publicada en La Terceratitulada El llamado de la tribu, el conductor de CNN Chile, Daniel Matamala reflexionó sobre la disputa por el electorado de centro de cara a la segunda vuelta del 19 de diciembre. 

En el texto asegura que “a siete días de las elecciones, después del derrumbe las coaliciones tradicionales, el cuadro político vuelve a ser el de siempre el que ha dividido a los chilenos desde 1988: al lado derecho, la Coalición del Sí. Al lado izquierdo, la Coalición del No”. 

“La centrífuga electoral barrió con los partidos que habían nacido, precisamente, con la promesa de enterrar la división entre el Sí y el No. A la hora de la verdad, los liberales de Evópoli volvieron a la casa del Sí, y los liberales de Ciudadanos, a la casa del No”, agrega.

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En esa línea, el periodista afirma que la tesis “ganará quien capture el centro”, se repite en medio de la carrera entre Boric y Kast. 

Frente a esta situación, Matamala ejemplifica con dos vendedores de helados en la playa. “Si uno se ubica en un extremo, y el otro, en el centro de la playa, sin duda el segundo venderá más”. 

“Así, si son inteligentes, ambos heladeros, terminarán casi juntos al centro de la playa, recibiendo a los resignados turistas de los extremos y disputándose a los del medio”, añade.

“Pero el voto voluntario cuestiona ese paradigma”, plantea el texto. “Si el heladero queda demasiado lejos, el veraneante se quedará en su toalla en vez de recorrer media playa para buscarlo. Eso es lo que suele hacer en cada elección la mitad de los ciudadanos chilenos”, expresa.

Por lo mismo, señala que “con el voto voluntario el centro se vacía aún más. En Estados Unidos, donde el mantra de que ‘las elecciones se ganan en el centro’ predominó por largo tiempo, el punto de quiebre fue la elección de 2004, cuando  el estratega Karl Rove logró reelegir a George Bush pese a su baja popularidad entre los moderados”.

“El énfasis pasó de la persuasión (convencer a los indecisos del centro) a la motivación (movilizar a los simpatizantes para ir a votar)”, asevera.

“Es una estrategia que hoy se despliega desde la candidatura de Kast, inspirada en los métodos perfeccionados por Trump y Bolsonaro”, profundiza.

Posteriormente, el conductor de CNN Chile postula que “las franjas electorales nos transportan a 1988”. 

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“Boric, como lo hizo el No, tiene una franja colorida, que apunta a la esperanza, habla en un lenguaje metafórico y busca símbolos abstractos y amables (ayer el arcoíris, hoy el árbol). La de Kast, como la del Sí, apunta a los ángulos más crudos de la realidad (terrorismo, delincuencia, migración, violencia) y tiene un lenguaje más directo y específico”, detalla.

“Es el contraste entre el metafórico árbol y la muy concreta zanja”, complementa.

Sin embargo, advierte que “eso no significa necesariamente que el resultado de 1988 vaya a repetirse. El miedo puede ser un motivador tan fuerte como la esperanza, y aquí hay dos miedos enfrentados: el anticomunismo contra el antipinochetismo”. 

Finalmente asegura que “el centro está vacío, Chile sigue dividido en dos equipos, y el llamado de la tribu es más fuerte que nunca”.

“La identificación política, vestir la camiseta del Sí o del No, obedece a patrones culturales demasiado profundos como para cambiarlos en una campaña de cuatro semanas. Quien gane no será quien pueda convertir a más fieles del otro bando, sino quien dé a los suyos razones más poderosas para levantarse a votar el próximo domingo”, concluye.

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