Luego del 18 de octubre, día que marcó el inicio del estallido social en Chile, los hábitos alimenticios de una parte de los habitantes del país parecen haber cambiado en parte.
Una muestra de esto es el brusco descenso que sufrieron las ventas reales de comida de servicio rápido a lo largo del país.
Según el indicador que realiza el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC), la comida rápida tuvo una caída real anual de 9,1%, lo que representa la cifra más baja registrada desde que la entidad empezó a realizar la medición en el 2003.
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En términos anuales, el sector acumuló un alza en las ventas de 3% real, mientras que en términos de locales equivalentes se evidenció un crecimiento de 0,4% real.
A la vez, la CNC detalla que en octubre las ventas se desplomaron y llegaron a un 16,5% real anual. En noviembre, la baja fue de 11,5%.
No obstante, diciembre ya mostró cierta recuperación al marcar una baja de 1,0% real anual.
A nivel de locales equivalentes también se contabilizó un descenso en las ventas reales anuales de 17,9% en octubre, 11,3% en noviembre y 1,8% en diciembre.
En cuanto a la Región Metropolitana, las ventas tuvieron una caída de 10,8% real anual en el último trimestre de 2019, lo que muestra una desaceleración fuerte en comparación con el alza de 10,5% real anual registrado en el trimestre anterior. De esta forma, el indicador cerró el año con un alza de 2,1% real.
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La entidad reporta además que el consumo promedio a nivel nacional por boleta alcanzó un valor de $4.990 en el cuarto trimestre del año pasado, cantidad que significa un alza real de 2,7% respecto al mismo periodo de 2018 y una baja real de 2,5 tomando en cuenta el trimestre anterior. En la Región Metropolitana, el consumo promedio fue de $5.066, lo que muestra un aumento de 2,7% real anual.
La gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva, explica que la baja en las ventas de este rubro se debe al “cierre de muchos de sus locales ubicados dentro de centros comerciales en las semanas posteriores al estallido, sumado a los ubicados en zonas de alta violencia que aún no pueden abrir, mientras que otros fueron totalmente destruidos”.
A la vez, la ejecutiva sostiene que también afectó en la cifra el cambio de horarios de los centros comerciales “que se mantienen hasta ahora cerrando más temprano de lo que lo hacías previo al 18 de octubre, perdiendo así la franja de la comida que solía representar cerca de un 15% – 20% de las ventas diarias de los locales ubicados dentro de los malls”.
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“Para el sector es imprescindible recuperar el orden público y con esto los horarios de funcionamiento. En enero y febrero se tendieron a estabilizar un poco las ventas tras las fuertes caídas de fin de año, pero aún no se logra recuperar el 100% de la operación y para marzo el escenario es incierto, lo que preocupa fuertemente a los actores del sector ya que otro golpe a la industria hará que muchos no logren recuperarse”, concluyó.
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