Agencia UNO

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó este 20 de enero su reporte respecto a la situación económica de nuestro país.

En el documento respecto a la Consulta del Artículo IV con Chile, correspondiente a 2022, alentaron a las autoridades a ahorrar todo ingreso superior al previsto y a esperar para desembolsar los fondos no asignados para facilitar la desinflación y la convergencia del desbalance externo.

Asimismo, plantearon que se deben evitar nuevos retiros de pensiones y que se deben formular y gestionar debidamente las reformas con las que se busca mejorar la suficiencia de las pensiones, así como el grado de formalización del mercado del trabajo y el ahorro.

Proyecciones

En cuanto a las proyecciones, el organismo valoró “la notable recuperación tras la pandemia del COVID-19“, donde destacaron que la economía chilena “está experimentando una necesaria transición hacia un crecimiento sostenible en medio de una coyuntura externa complicada”.

“La actividad económica está moderándose con rapidez, mientras que la inflación parece haber tocado un máximo en agosto. El déficit en cuenta corriente sigue siendo elevado, al tiempo que los términos de intercambio desfavorables han contrarrestado el ajuste de la demanda interna que está en curso”, detallaron.

En esa línea, señalaron que la respuesta del Banco Central en materia de política monetaria “ha sido contundente y en concordancia con el esquema de metas de inflación“.

Sobre lo mismo, se proyecta que “la situación de las finanzas públicas sea mucho más sólida que lo indicado por la meta fijada en el plan fiscal a mediano plazo de las autoridades”.

En cuanto al crecimiento interanual del PIB, se prevé que este continúe ralentizándose en el último trimestre de 2022 y que se recupere en el último trimestre de 2023.

Dada la contracción monetaria y la brecha del producto negativa, se proyecta que la inflación converja hacia la meta a finales de 2024“, señalaron.

Riesgos

Respecto a los riesgos externos, el FMI detalló que estos “se derivan de una posible desaceleración mundial repentina, condiciones financieras marcadamente más restrictivas, choques a los precios de las materias primas, o una intensificación de las repercusiones de la guerra de Rusia en Ucrania”.

Sobre los riesgos internos, señalaron que estos obedecen “sobre todo a la posibilidad de que la alta inflación persista por más tiempo de lo previsto, al molestar social por los altos precios de los alimentos y la energía, o la demora en la atención de demandas sociales”.

Finalmente, y sobre la incertidumbre respecto al proceso de reforma constitucional, destacaron que esta “ha disminuido“.

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