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El primer proyecto espacial financiado por privados ya es una realidad. Se trata de una sonda israelita que este jueves 28 de febrero partirá a la Luna. Este viaje tiene una importante misión investigadora, pero, también, abre la posibilidad a un mercado en el que muchos ya se han atrevido a invertir. 

El gran paso lo dio primero Estados Unidos, luego Rusia y hace solo un mes atrás China. Ese es hasta ahora el selecto trío de naciones que han logrado posarse sobre la superficie lunar, pero un cuarto integrante está a poco de sumarse.
“Beresheet” en hebreo o “Génesis” llevado al español, es el nombre de la sonda que dejará Cabo Cañaveral para pasar a la historia como el primer prototipo israelí que llegará a la Luna.
“Por primera vez veremos en gran resolución un mapa del terreno y magnetismo de la Luna. Esto representa un enigma hasta ahora. Sabemos solo desde los tiempos del Apolo que luna cuenta con un magnetismo, pero nadie ha logrado descifrar su composición”, dijo Oded Aharonson, profesor del Space Il.
Fueron 100 millones de dolares los desembolsados por la organización israelí SpaceIL los que convirtieron en una realidad el proyecto. Uno que es parte de la decena de empresas que hoy trabajan a la par con la NASA donde mediante convenios informativos y comerciales de los cuales Génesis no está exento.
Astrobotic y Moon Express son otras de las empresas que ya desarrollan y prestan servicios a la NASA, una puerta a un futurista mercado comercial que se inicia con esta sonda que debería tardar dos meses en llegar a la luna y su aterrizaje podría ser el primer paso hacia una nueva era espacial.
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