(CNN Business) – La Reserva Federal (Fed) está redoblando esfuerzos para luchar contra la inflación. Esto significa que los costos de los préstamos serán mayores para las empresas y las familias.

Los funcionarios de la Fed incrementaron su tasa de interés de referencia en tres cuartos de punto porcentual este miércoles, la medida más amplia desde 1994.

El hecho de que la Fed se aleje por fin de la tasa de interés cero muestra la confianza en la salud del mercado laboral. Pero la velocidad con la que se espera que suban las tasas de interés subraya su preocupación por el aumento del costo de la vida.

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La elevada inflación, los precios al consumo subieron en mayo al ritmo más rápido en 40 años, probablemente obligará a la Fed a subir las tasas de interés varias veces en los próximos meses.

Los estadounidenses experimentarán este cambio de política a través del aumento de los costos de los préstamos: ya no será demasiado barato pedir una hipoteca o un préstamo para adquirir un vehículo. Y el dinero en efectivo depositado en las cuentas bancarias finalmente generará algo de interés, aunque no mucho.

La Fed acelera o frena la economía mediante las subidas o bajadas de las tasas de interés. Cuando estalló la pandemia, la Reserva Federal hizo que los préstamos fueran casi gratuitos en un intento de fomentar el gasto de los hogares y las empresas. Para impulsar aún más la economía devastada por el COVID-19, el banco central de Estados Unidos también imprimió billones de dólares a través de un programa de estímulos llamado expansión cuantitativa, más conocida como QE. Y cuando los mercados crediticios se congelaron en marzo de 2020, la Fed implementó facilidades de crédito de emergencia para evitar un colapso financiero.

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El rescate de la Fed funcionó. No hubo crisis financiera a causa del COVID-19. Las vacunas y el gasto enorme del Congreso allanaron el camino para una rápida recuperación. Sin embargo, sus acciones de emergencia, y el retraso en retirarlas, también contribuyeron al sobrecalentamiento de la economía actual.

Hoy, el desempleo está en el nivel más bajo de los últimos 50 años, pero la inflación es muy alta. La economía estadounidense ya no necesita toda la ayuda de la Fed, así que está desacelerando la economía a través de las subidas de las tasas de interés. El riesgo es que las medidas de la Fed sean demasiado y desaceleren la economía más de lo necesario, desencadenando una recesión que derive en despidos y desempleo.

Los costos de los préstamos están en aumento

Cada vez que la Reserva Federal sube las tasas de interés, se vuelve más costoso pedir un préstamo. Esto se traduce en un aumento de los costos de los intereses de las hipotecas, las líneas de crédito con garantía hipotecaria, las tarjetas de crédito, las deudas estudiantiles y los préstamos para automóviles. Los préstamos a las empresas también serán más caros, tanto para las grandes como para las pequeñas.

La forma más tangible en que esto se está produciendo es con las hipotecas, donde las expectativas de subidas de tasas de interés ya han impactado en los intereses hipotecarios.

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La tasa de interés hipotecario a 30 años se situó en una media del 5,23% en la semana que terminó el 9 de junio. Esta cifra es muy superior a la del mismo periodo del año pasado, cuando estaba en 3%.

El aumento de las tasas de interés hipotecario hará aún más difícil acceder a una vivienda, ya que sus precios se dispararon durante la pandemia. Esa menor demanda podría enfriar los precios.

El precio medio de una vivienda existente vendida en abril se disparó un 15% interanual, hasta los US$ 391.200, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.

¿Cuánto aumentarán las tasas de interés?

Los inversores esperan que la Reserva Federal eleve el extremo superior de su rango objetivo hasta al menos el 3,75 % a finales de año, en comparación con el 1% actual.

Para contextualizar, la Fed subió las tasas de interés hasta el 2,37% durante el pico del último ciclo de subida de tasas a finales de 2018. Antes de la Gran Recesión de 2007-2009, las tasas de la Fed llegaron a alcanzar el 5,25%.

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Y en la década de 1980, la Fed dirigida por Paul Volcker elevó las tasas de interés a niveles sin precedentes para luchar contra la inflación desbocada. En su punto máximo, en julio de 1981, la tasa de interés efectiva de los fondos de la Fed superó el 22%. (Ahora los costos de los préstamos no se acercarán a esos niveles y hay pocas expectativas de que suban tan bruscamente).

Sin embargo, el impacto de los costos de los préstamos en los próximos meses dependerá principalmente del ritmo, todavía indeterminado, de las subidas de las tasas de interés de la Fed.

Buenas noticias para los ahorradores

Las tasas de interés más bajas han penalizado a los ahorradores. El dinero guardado en ahorros, certificados de depósito (CD) y cuentas de ahorro Money Market no ha generado casi nada durante la pandemia de COVID-19 (y durante gran parte de los últimos 14 años, en realidad). Si se compara con la inflación, los ahorradores han perdido dinero.

La buena noticia, sin embargo, es que estos tipos de ahorro aumentarán a medida que la Fed suba las tasas de interés. Los ahorradores empezarán a ganar intereses de nuevo.

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Pero esto tarda en suceder. En muchos casos, especialmente en las cuentas tradicionales de los grandes bancos, el impacto no se notará de la noche a la mañana.

E incluso después de varias subidas de tasas, las tasas de interés en las cuentas de ahorro seguirán siendo muy bajas, por debajo de la inflación y de los rendimientos esperados en el mercado de valores.

Los mercados tendrán que adaptarse

El dinero gratis de la Fed ha sido increíble para el mercado de valores. Las tasas de interés del cero por ciento reducen las tasas de los bonos del Gobierno, lo que esencialmente obliga a los inversores a apostar por activos de riesgo como las acciones. (Wall Street tiene incluso una expresión para esto: TINA, que significa “no hay alternativa”, del inglés “there is no alternative”).

La subida de las tasas podría ser también un reto para el mercado de valores, que se acostumbró –si no es que se hizo adicto– al dinero fácil. Los mercados ya han experimentado una importante volatilidad en medio de la preocupación por el plan de la Fed para luchar contra la inflación.

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Pero mucho dependerá de la rapidez con la que la Reserva Federal suba las tasas de interés, y de cómo se comporten la economía subyacente y los beneficios corporativos después de hacerlo.

Como mínimo, las subidas de tasas significan que el mercado bursátil se enfrentará en el futuro a una mayor competencia por parte de los aburridos bonos del Estado.

¿Menor inflación?

El objetivo de los aumentos de las tasas de interés de la Reserva Federal es controlar la inflación, sin afectar a la recuperación del mercado laboral. Los precios al consumo aumentaron un 8,6% en mayo con respecto al año anterior, el ritmo más rápido desde diciembre de 1981. La inflación no se acerca al objetivo de la Fed del 2% y ha empeorado en los últimos meses.

Los economistas advierten que la inflación podría empeorar aún más porque los precios del petróleo continúan rompiendo récords en los últimos días, complicando la incertidumbre generada desde la invasión rusa de Ucrania. Todo, desde los alimentos y la energía hasta los metales, se encareció.

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El alto costo de la vida está generando dificultades financieras para millones de estadounidenses y contribuyendo significativamente a la baja confianza del consumidor, que se encuentra en su peor nivel en una década.

Sin embargo, las subidas de las tasas de interés de la Reserva Federal tardarán en empezar a reducir la inflación. E incluso entonces, la inflación seguirá estando sujeta a la evolución de la guerra en Ucrania, los problemas en la cadena de suministro y, por supuesto, el COVID-19.

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