Foto: Agencia Uno

La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) publicó este jueves un informe con un balance de 2019 y las proyecciones para 2020 en el sector de la construcción, que se encuentra marcado por el pesimismo tras el estallido social que se vive en el país desde octubre pasado.

El documento menciona entre los impactos económicos de corto plazo, en primer lugar, la destrucción de stock de capital productivo de más de US$5.000 millones y, en segundo lugar, la paralización o discontinuidad de actividades, que significó una contracción de 3,4% anual del Imacec de octubre y una caída de 3,3% en noviembre.

En el largo plazo se señala la incertidumbre sobre inversiones futuras, que se atribuye “principalmente por el cambio en las ‘reglas del juego’ que podrían acarrear las reformas en discusión, lo que hará que se mantenga una alta incerteza sobre el retorno de inversiones futuras… esperar podría ser más beneficioso que iniciar obras”.

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Además se afirma la existencia de una brusca caída de las expectativas “hasta ubicarse en niveles de pesimismo similares a los registrados en 2009 y 2017” (Gráfico 1).

La asociación gremial señala que, como respuesta a la crisis social, el gobierno ha impulsado dos agendas que comprometen un gasto público algo mayor a US$10.500 millones para el período 2020-2022. Sin embargo, advierte que, de persistir el deterioro de las expectativas, los hechos de violencia y la incertidumbre por las eventuales reformas, existe un alto riesgo de que el mayor gasto público no logre reactivar la economía (Gráfico 2).

 

Mirada pesimista

En el documento se señala que existe una mirada pesimista ante el escenario para el 2020 respecto de la evolución de la actividad del sector, “en parte por los impactos sufridos por las empresas socias de la CChC post 18-O”.

“Nuestro escenario base supone que el actual deterioro de la confianza empresarial persistirá, al menos por un par de años, debido principalmente a la incertidumbre en torno a las eventuales reformas“, agregan.

De este modo, las proyecciones en torno al crecimiento anual del PIB-Inversión son todas negativas. En detalle, en el ítem de inversión agregada en infraestructura se proyecta una caída de 5,4% anual (versus 3,3% de 2019) así como una caída de 11,9% anual en el ítem de inversión agregada en vivienda (versus crecimiento de 3,5% de 2019).

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En tanto, el ítem que aborda la inversión en construcción vaticina una disminución de 7,7% -que corresponde a la mayor caída desde 2009-, y que se explica por la “alta incertidumbre que implicaría la postergación de inicios de obras en 2020, tanto de edificación como de infraestructura” (Gráfico 3).

Debido a lo anterior, los empleos se verían fuertemente afectados en el sector y se señala que “en 2020 se podrían destruir más de 40.000 plazas de trabajo y la cesantía llegar a 12% el primer trimestre”, que correspondería al mayor nivel desde 2010 (Gráfico 4).

Debido a lo anterior, se señala que existe una alta dispersión de las proyecciones para 2020 (Gráfico 5). 

 

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