Durante esta tarde, Walter Montillo se despidió de las canchas de Tigre para volver a jugar en la Universidad de Chile, equipo que relanzó su carrera tras su llegada en 2008.

A través de un texto extenso, el jugador argentino de 35 años también confirmó que se retirará del fútbol en el club nacional. “Todos los que me conocen saben que desde agosto de 2010, siempre dije que mi sueño era retirarme en la U“, dijo.

“Ese fue el club en donde despegó mi carrera y se afianzó mi familia con la llegada de mis primeros dos hijos”, agregó.

Montillo valora su paso por los distintos clubes que defendió entre su salida de la U y su llegada al Tigre, entre ellos Cruzeiro, Santos FC y Botafogo de Brasil. “Tuve momentos inolvidables en cada institución por la que me tocó pasar… momentos felices y otros no tanto como mi truncado retiro del fútbol”, señaló.

Lee también: U. de Chile oficializa su segundo refuerzo para el 2020

El jugador se había retirado del fútbol por sus constantes lesiones, pero luego de seis meses de inactividad “El Matador” -apodo del equipo de Victoria (Buenos Aires)- le dio la oportunidad para regresar a las canchas el 2018.

El volante recuerda que entró al último club “por la puerta de atrás y bajo la lupa. Los más jóvenes no me conocían y los que sí lo hacían, pensaba que estaba viejo y roto”.

Walter se suma como el tercer refuerzo de la U junto a Fernando Cornejo (ex Coquimbo Unido) y Luis del Pino Mago (ex Palestino). La misión será levantar al equipo tras su débil desempeño en el temporada anterior.

View this post on Instagram

Todos los que me conocen saben que desde agosto de 2010, siempre dije que mi sueño era retirarme en la U. Ese fue el club en donde despegó mi carrera y se afianzó mi familia con la llegada de mis primeros dos hijos. Pasaron muchos años, negativas, desencuentros… pero finalmente se alinearon los planetas. Tuve momentos inolvidables en cada institución por la que me tocó pasar… momentos felices y otros no tanto como mi truncado retiro del fútbol. Cuando parecía que todo estaba terminado, me llamó Mariano Herrón con un proyecto serio en Tigre y, familia mediante, nos animamos a sumarnos. Tengo que confesar que en el equipo de Victoria entré por la puerta de atrás y bajo la lupa. Los más jóvenes no me conocían y los que sí lo hacían, pensaba que estaba viejo y roto. Me predispuse a entrenar sin siquiera saber cuánto iba a cobrar. Eso era lo de menos. Estaba comprometido con Ledesma y había que empezar a trabajar. Pero el destino me dio otro golpe: rotura de ligamentos. Es sabido y comprobado que yo me hice cargo de la cirugía y tratamientos complementarios. Una vez más, Ledesma hizo su gestión para que me permitan entrenarme en Tigre (sin contrato aún). En ese momento recibí llamados del Pato, el Chino y Maxi Levo para que me presente en el club, independientemente del futuro de mi carrera. Fueron meses largos de trabajo físico y mental. Apoyando al equipo en cada cancha, desde afuera, lejos de la pelota. Cuando por fin pude ponerme al día, mi único objetivo era sumar. Entre los 11, en el banco o donde fuera. Tigre merece cosas grandes y yo sentía que era el momento. Y Melaraña ahí fue de los pocos que confió en mi y me dio la oportunidad. Luchamos hasta el último minuto con River para nos descender y no alcanzo. Pero logramos darle la primera estrella a la institución y la alegría de la gente es lo que me queda. Me brinde al club al 1000×1000. Creo que las cuentas están saldadas. (Sigue es comentarios)

A post shared by Walter Montillo (@wdmontil10) on

Tags:

Deja tu comentario