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(CNN) — La visa australiana de Novak Djokovic ha sido revocada por segunda vez, casi poniendo fin a las ambiciones del tenista masculino número uno del mundo de disputar el Abierto de Australia y ganar su Grand Slam número 21, un récord.

El ministro de Inmigración, Alex Hawke, anunció la decisión en un comunicado el viernes, luego de días de deliberación sobre si expulsar a la estrella serbia del país.

No está claro si Australia tomará medidas para deportar a Djokovic, ya que su equipo legal aún puede impugnar la decisión.

“Hoy ejercí mi poder bajo la sección 133C (3) de la Ley de Migración para cancelar la visa del Sr. Novak Djokovic por motivos de salud y buen orden, sobre la base de que era de interés público hacerlo”, dice el comunicado.

“Al tomar esta decisión, consideré cuidadosamente la información que me proporcionó el Departamento del Interior, la Fuerza Fronteriza de Australia y el Sr. Djokovic. El gobierno de Morrison está firmemente comprometido con la protección de las fronteras de Australia, particularmente en relación con la pandemia de COVID-19“.

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La decisión se produce cuatro días después de que un juez dictaminara que los agentes de la Fuerza Fronteriza Australiana (ABF, por sus siglas en inglés) habían sido “poco razonables” cuando cancelaron su visa inicial para ingresar a Australia a su llegada al país el 5 de enero. El juez ordenó que Djokovic fuera liberado de un centro de detención de inmigración en los 30 minutos posteriores a la decisión.

Nuevo giro en el caso Djokovic

La decisión del viernes es el último giro en una saga que ha acaparado los titulares mundiales y ha puesto bajo escrutinio las políticas de inmigración y COVID-19 de Australia.

Según las leyes australianas actuales, todas las personas que lleguen al país desde el extranjero deben estar vacunadas contra el COVID-19 –lo que no ocurre con Djokovic–, a menos que tengan una exención médica.

Djokovic dijo que tenía la impresión de que podía ingresar porque dos paneles independientes le habían otorgado una exención con el argumento de que se había infectado con COVID-19 en diciembre. El gobierno argumentó que una infección anterior no le impedía vacunarse.

A pesar del fallo del lunes, el ministro de Inmigración retuvo el poder ministerial para intervenir personalmente en el caso y finalmente tuvo la última palabra sobre si se le permitiría quedarse a Djokovic, aunque su decisión puede ser apelada.

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