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El “Príncipe” no solo mostró su habilidad, sino que también dejó claro su amor por el club, emocionando a los aficionados. Con una destacada actuación, Neymar registró 63 acciones con el balón, dos pases decisivos y cinco faltas sufridas en su regreso a la cancha.
El regreso de Neymar a su casa fue todo lo que los fanáticos del Santos esperaban y más. En su esperado reestreno con la camiseta de la institución que lo vio nacer, el delantero brasileño no solo mostró su destreza habitual, sino que también dejó claro que su amor por el club sigue intacto.
En un empate 1-1 ante Botafogo de Ribeirao Preto, Neymar se hizo sentir desde su ingreso al campo en el segundo tiempo, demostrando que su magia no ha desaparecido.
Desde que pisó la cancha, Neymar, con la banda de capitán en su brazo y el número 10 en su espalda, comenzó a enamorar a la afición. Apenas diez minutos de acción fueron suficientes para que el “Príncipe” marcara su presencia.
Con su estilo inconfundible, Neymar ejecutó su característica trivela, dejó atrás a varios rivales con sus dribles y, como ya es costumbre, sufrió las faltas de los defensores contrarios, quienes no dudaron en intentar frenar su carrera a base de patadas.
La violencia de las faltas no pasó desapercibida, ya que en menos de diez minutos sobre el campo, Neymar fue protagonista directo de dos tarjetas amarillas. Alisson Cassiano y Gabriel Bispo del Botafogo se ganaron la amonestación tras enviar al “10” al césped con duros tackles.
Pero más allá de las tarjetas y los duros golpes, Neymar dejó números impresionantes. En solo 52 minutos de juego, el astro brasileño participó en 63 acciones con el balón, completó 25 de 29 pases (un 86% de efectividad), dio dos asistencias clave y, a pesar de no ser su mejor partido de cara al gol, intentó un total de seis disparos, uno de ellos entre los tres palos.
Su dominio en el uno contra uno sigue siendo indiscutido, logrando tres de siete regates exitosos, mientras que también contribuyó defensivamente con una intercepción y 53% de duelos ganados.
No sorprende que en la estadística de faltas sufridas, Neymar fuera el jugador más castigado, con un total de cinco infracciones a su favor.
Después del pitazo final, el delantero no pudo ocultar su emoción y expresó su amor por el club: “Es difícil encontrar palabras para expresar lo que se siente cuando amas a alguien. Yo amo mucho a Santos y no tengo palabras para describir lo que sentí hoy cuando entré al campo“, comentó con la voz entrecortada.
El regreso de Neymar, aunque marcado por un empate, fue un espectáculo en sí mismo.
Su presencia en la cancha no solo subraya su talento inagotable, sino que también reaviva la pasión de un club que, con su vuelta, vuelve a soñar en grande.
El “Príncipe” está de vuelta, y el Campeonato Paulista acaba de ver la llegada de un nuevo capítulo en la historia del fútbol brasileño.
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