¿El Estadio Monumental cambiará de nombre? En el aniversario 30 de la casa de Colo Colo, Aníbal Mosa comunicó parte del plan para modernizar el reducto, que costará al menos 40 millones de dólares.

A mediados de 1950, Antonio Labán, presidente de Colo Colo, tenía un sueño: un estadio propio. A pesar de disputar cinco partidos en 1975, recién pudieron instalarse definitivamente en el Estadio Monumental en 1989.

Historia

Bajo el mandato de Labán, Colo Colo adquirió en 1956 un terreno de 28 hectáreas en el sector sur de Santiago, actual comuna de Macul.

El anhelo del mandamás era muy ambicioso, pretendía que el nuevo recinto tuviera una capacidad para 120.000 personas y que fuera sede del Mundial de 1962. La capacidad era algo inédito en el país y en el continente solo comparado con el Maracaná.

Lamentablemente, el terremoto de 1960 cambió todo. El Gobierno decidió no aportar económicamente para el término de la obra, que quedó inconclusa, levantada en un 75%.

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En 1975 y bajo la presidencia de Héctor Gálvez, se intentó ejercer de local en el ansiado recinto, sin embargo, esto solo se logró por un par de partidos.

Carlos Caszely fue transferido a España y con ese dinero se finalizó parte de la obra. No obstante, la precariedad de las instalaciones, obligaron al “Cacique” a volver al Estadio Nacional. Solo cinco compromisos alcanzó a jugar Colo Colo en la “ruca”.

Para terminar el proyecto se repitió la fórmula. La transferencia de un atacante le permitió al club cumplir el deseo de Labán. Hugo Rubio fue vendido al Bologna de Italia y con esos recursos se finalizó el Monumental.

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Reinauguración

El 30 de septiembre de 1989, Colo Colo recibió en su nueva casa a Peñarol. En aquella jornada el equipo dirigido por Arturo Salah formó con: Daniel Morón; Eduardo Vilches, Lizardo Garrido, Hugo González, Jaime Pizarro, Raúl Ormeño, Sergio Díaz, Marcelo Barticciotto, Rubén Martínez, Sergio Salgado y Guillermo Carreño.

El triunfo quedó para los nacionales por 2-1. Barticciotto marcó el primer gol y el segundo fue obra de Leonel Herrera Silva, quien ingresó en el complemento.

Herrera debutó en los albos meses antes del recordado encuentro ante el “Manya”. Lo hizo en Viña del Mar y con tan solo 17 años.

El hijo de Leonel Herrera Rojas, mítico defensor de los albos en los ’70 y ’80, recuerda muy bien la fiesta vivida esa tarde de primavera.

“En mí caso fue muy especial y existía mucha ansiedad para que se reinaugurara el estadio. Había tenido la suerte de que mi papá había estado en la inauguración de 1975 ante Aviación”, comenzó declarando.

-Al convertir en esa tarde de Macul, quedaste en la historia

Tuve la suerte de jugar ese partido y de anotar. Todo ante un gran equipo como Peñarol, que vino con todas sus figuras. Fui el primer chileno en convertir, porque el primer gol lo hizo “Barti”. Además, había mucha expectativa y fue un evento mediático y masivo, me acuerdo que hasta llegó Cecilia Bolocco en helicóptero.

-Tienes la particularidad de haber anotado dos de los goles más importantes del club y ambos en el mismo arco

Marcar en la reinauguración fue una cosa soñada. Tuve la fortuna de que Dios me puso en el lugar indicado y en el momento justo. A mí me ha tocado quedar en la historia por dos cosas bastantes bonitas y emocionantes (gol en la final de la Copa Libertadores), y que nunca se van a olvidar. Tengo el orgullo de decir que el arco norte del Monumental tiene mi nombre.

Dos años después de contar con casa propia, Colo Colo ganó la única Libertadores que posee el fútbol chileno.

“Sin dudas, eso fue clave. Es muy distinto jugar en algo que es tuyo y propio, pero todo pasa por la calidad de los jugadores. Igual en el Monumental se siente la presión, la gente está muy cerca de la cancha y se hace notar. El estadio es un orgullo para todos los colocolinos”.

-¿Qué significa para ti el Estadio Monumental?

Significa todo. Desde la historia de mi papá en adelante. Yo entré a los 9 años a las escuelas de fútbol del Monumental y en ese tiempo la dirigían los mismos jugadores del primer equipo. Muchas veces entrenábamos ahí en el hoyo, cuando era una mezcla de tierra con algo de pasto y no estaba para nada finalizado. A medida que fui creciendo, muchos trabajos físicos los hacíamos ahí, un lugar súper inhóspito, y después ver cómo quedó, y lo que ha evolucionado con el tiempo, a uno se le vienen todos esos recuerdos.

Un año y medio después del partido ante los charrúas, el “Cacique” recibió a Racing Club de Avellaneda. El amistoso marcó el debut de la iluminación artificial.

El reducto de Macul se mantuvo igual por más de 15 años. Recién en 2006, aparecieron las primeras remodelaciones.

Se instalaron butacas en todos los sectores, (salvo en Arica, Lautaro, Galvarino y Magallanes). Además, en la galería norte se ubicó una pantalla de 52 metros cuadrados.

Para la Copa América de 2015, el estadio sufrió nuevos cambios. Se sacaron las rejas que separaban la cancha de las tribunas y se cambiaron por paneles de vidrio.

A pesar de que en la década del 90 a la “ruca” ingresaban más de 60.000 personas, hoy el aforo es de un poco más de 40.000.

Sus localidades hacen referencia a zonas geográficas del país. Arica, Magallanes, Cordillera, Océano y Rapa Nui y a cuatro reconocidos mapuches: Lautaro, Caupolicán, Tucapel y Galvarino.

En sus dependencias también se encuentran el museo de la institución y la Casa Alba, residencia de las jóvenes promesas.

 Fotos: Colo Colo y Fortín Mapocho
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