Una carrera extensa en la que hay varios capítulos llenos de historias en donde el factor en común es la honestidad o la falta de reserva para afrontar conflictos personales.
Yuri, desde sus inicios, tras la edición del disco ” Ilumina tu Vida” de 1978, se ha encargado que sus seguidores siempre se enteren sobre sus deseos y problemas detrás de su obra.
La artista ha confesado problemas personales y su opciones de redención. Su alcoholismo y adicción al sexo en su juventud aún siguen siendo tema obligado en sus entrevistas.
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Los excesos iban a la par de su fama por casi dos décadas, hasta que en 1994, tras la edición del disco “Reencuentros”, la cantante comienza a sufrir problemas de salud en un momento de su carrera en que ya acumulaba ventas en latinoamérica por más de 20 millones de discos, y con el éxito de la telenovela “Volver a Empezar” había logrado en el mercado argentino.
Tras esto, Yuri baja la cantidad de presentaciones y se casa con Rodrigo Espinoza, cantante de Aleste, que conoció en su participación en el Festival de Viña en 1995. Dos años después, ambos adhieren a la Iglesia Evangélica.
El paso de los años convirtieron su catalogo en un clásico de la música romántica en español y la cantante volvió a interpretarlo este nuevo milenio. Bajo este estatus, la mexicana llega a presentarse por quinta vez en el Festival de Viña del Mar.
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“Lo que hay es una Yuri que supo reencontrarse con esa Yuri que fue, de algún modo sanear los temas que ella ha tenido pendientes para poder volver a ese repertorio en gloria y majestad porque durante mucho tiempo ella abandonó ese perfil en pro de canciones y álbumes de tinte crisitano”, explicó el crítico de música Sebastián Cerda.
Yuri es parte del Jurado del Festival de Viña y se presentará el lunes 25 en la Quinta Vergara.
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