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El sacerdote italiano de 72 años, Giuseppe Berardalli, falleció producto del coronavirus luego de haber donado su respirador mecánico a un paciente más joven, también infectado con el COVID-19.
Según la BBC, el religioso murió en el hospital de Lovere, Bérgamo, una de las ciudades más afectada por el brote del virus en Italia, país donde la cifra de muertos ya ha alcanzado los 6.800.
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Según reveló el recinto hospitalario, Berardalli se negó a utilizar un respirador que le facilitaron sus feligreses de la ciudad de Casnigo, para que este fuese entregado a otra persona con más posibilidades de sobrevivir.
Para conmemorar su muerte, los residentes de la ciudad aplaudieron desde sus ventanas y balcones. Debido a los protocolos sanitarios establecidos en Italia no se pudo realizar un funeral.
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Este miércoles, el gobierno del país europeo luego anunció que los ciudadanos italianos que dieron positivo y no se queden en casa, podrían ser castigados hasta con cinco años de prisión.
En Italia, las multas por no respetar la cuarentena van desde los 400 a 3 mil euros, y las empresas que rompan las reglas diseñadas para evitar la propagación del virus podrían cerrar entre 5 y 30 días.
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