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La alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet expresó su preocupación por la “adopción por parte de algunos países de poderes ilimitados de emergencia, no sujetos a revisión”.
En ese sentido, teme que esas medidas sean utilizadas como una justificación para instaurar “cambios represivos de la legislación convencional”, que según indica, “seguirán en vigor mucho después del final de esta emergencia”.
Durante una sesión virtual del Consejo de Derechos Humanos, la ex mandataria fue enfática en señalar que pese a que los gobiernos están tomando precauciones “necesarias” y “decisiones muy difíciles”, no significa que el escenario sea “un cheque en blanco para olvidar las obligaciones con los derechos humanos”.
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Por otro lado, a través de su cuenta de Twitter la alta comisionada insistió en que los países afectados deben tomar medidas sociales, económicas y de salud para afrontar la crisis por la pandemia.
Se debe asegurar el “mayor apoyo posible” a los más afectados por el COVID-19, sentenció Bachelet, instando a garantizar la seguridad de los ingresos y el acceso a bienes y servicios esenciales, así como minimizar el crecimiento de las desigualdades y las cifras de desempleo. Esto, porque según señala, el coronavirus tendrá un “costo desproporcionado para los pobres”.
Del mismo modo, instó a los gobiernos a ser “transparentes” y aumentar el acceso a información y estadísticas precisas. “Simplemente no podemos regresar a donde estábamos hace sólo unos meses, antes del COVID-19. Esta es una prueba colosal de liderazgo. Exige una acción decisiva, coordinada e innovadora de todos, para todos. Estamos físicamente distantes hoy, pero debemos estar juntos”, concluyó.
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