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Fue la primera chilena en ganar una medalla de oro en los últimos Juegos Parapanamericanos. Un triunfo que es producto de años de entrenamientos, pero también de sacrificios.

Es la historia de Tamara Leonelli, una esforzada estudiante y deportista paralímpica de tenis de mesa, y su sueño es llegar a ser la número uno en estas dos áreas.

La joven de 22 años dejó a su familia en Temuco cuando aún no cumplía la mayoría de edad. Todo por perseguir sus metas.

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“Decía ‘si me va bien, me va bien y si no me vuelvo a Temuco, ¿cuál es el problema?’ Empecé a ganar campeonatos, medallas y ahí ya me quedé”, afirma.

Recuerda que su preparación para los Lima 2019 partió después de los Juegos de Toronto 2015.

Fueron cuatro años donde estuve dándole, dándole. Iba poco a mi casa, no viajaba tanto. Cuando gané la medalla me rajé llorando”, dice entre risas la estudiante de técnico Educación Especial CFT Santo Tomás.

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Tamara escribe su nombre en el puesto número 14 del ranking mundial. Hoy el Centro de Entrenamiento Olímpico es su casa, una que le ha enseñado a moverse dentro de la cancha, pero también en la vida real.

En ocasiones, además, la sociedad se ha convertido en una especie de rival para la joven, ya que aún no está preparara para convivir con la discapacidad.

Pese a todo, sigue con sus metas aunque implique sacrificios. “Siempre he dicho, es cosa de actitud, de ponerle ñeque. Nunca he mentido, yo creo que a mí a veces me baja la actitud y es lo que debo mejorar, pero creo que es una cosa de percepción de la vida (…) De eso se trata: caernos y volver a levantarnos”, concluye.

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