“¿Qué está detrás de la agresividad que el feminismo genera, de las reacciones destempladas que provoca (como tan bien describe Mary Beard) la irrupción de la mujer en lo público?“, se pregunta Mónica Rincón en su columna de opinión “Del sufragio a los alfajores”, publicada para La Tercera.
“Creo que el miedo de muchos hombres a perder privilegios que muchas veces les son invisibles porque los tienen desde que nacieron”, agrega.
La periodista y conductora de CNN Chile se refiere a la polémica del decano Hernán Enríquez y sus desafortunadas declaraciones con respecto a la marcha del 8M, en las cuales ofreció a su estudiantado alfajores y jugo para que no fueran a manifestarse.
“Con su desprecio, el decano Henríquez encarna a aquellos que rechazan que las mujeres reclamen más allá de lo ‘prudente’, o a quienes pretenden enseñarles cómo y cuándo protestar“, se refiere Rincón.
“Hay un justo y urgente reclamo por igualdad de trato como base de toda esta lucha, me parece algo evidente“, agrega la conductora de CNN.
Rincón se refiere a la falta de criterio y respecto existente frente al movimiento feminista, ya que las protestas dirigidas por hombres nunca son tan cuestionadas, tal es el caso de los trabajadores portuarios.
“No son ‘cabras chicas gritonas’: son mujeres que alzan la voz para que otras no mueran, para que no les paguen un 21% menos por el mismo trabajo, para que la crianza sea compartida y las labores domésticas también, para que las pensiones no sean un 15% inferiores, incluso si es que se ha logrado juntar igual dinero“, escribe Rincón con reespecto a lo anterior.
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En el resto de la columna, Rincón se refiera a momentos históricos de la lucha feminista tal como lo fue la obtención del derecho a sufragio o la liberación sexual de los ’60. Además, declara que le llama la atención que se critique tanto el rol de la mujer en las protestas y explica que las represalias se producen probablemente por el miedo de que cambien los roles sociales.
“El miedo de muchos hombres a perder privilegios que muchas veces les son invisibles porque los tienen desde que nacieron. El miedo a que el mundo como lo conocen cambie si cambia en él el rol de la mujer“, agrega.
“Que la cultura y las normas cambien, para que un día muchos como el señor Henríquez entiendan que los alfajores no los tiene por qué comprar Francisca y que bien pueden hacerse su comida ellos mismos”, concluye refiriéndose una vez más al tema.
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