Diego Briones obtuvo una estrella Michelin para su restaurante en Viena y Daniel Ávila impulsa soluciones informáticas desde Michigan con clientes como Meta. Ambos subrayan alta demanda de perfiles técnicos y que la convalidación del título no siempre resulta obligatoria.
Dos historias de formación técnica chilena muestran trayectorias exitosas fuera del país. Diego Briones, chef egresado de Inacap, alcanzó una estrella Michelin en Viena; Daniel Ávila, ingeniero en informática de Duoc UC, desarrolla soluciones para compañías de Estados Unidos, entre ellas Meta.
Viena: estrella Michelin para un chef formado en Chile
Briones dirige en la capital de Austria un restaurante de cocina internacional creativa con carta de vinos destacada. Junto a su pareja —de nacionalidad austríaca— decidió radicarse en ese país tras pasar por Asia y otras latitudes.
La propuesta, con raíces y recetas latinas, consolidó al local y “nos empezó a ir súper bien”, resume el cocinero al evaluar el salto que terminó en la primera estrella Michelin.
El chef sostiene que el mercado europeo muestra interés por sabores latinoamericanos y que, en su experiencia, la validación formal del título no se presentó como requisito. “La exigencia principal fue el desempeño y el idioma del lugar”, admite.
En ese punto, advierte que en Austria el alemán define el acceso a mejores oportunidades y a reuniones laborales, por lo que recomienda dominarlo.
Para Briones, la apertura de espacios también obedece a una escasez de trabajadores calificados en el rubro gastronómico, fenómeno que se observa en varias ciudades europeas. Aun así, releva la importancia de la experiencia: “La credencial ayuda, pero la cocina se demuestra en el servicio”.
Michigan: un informático chileno con proyectos para Meta
Desde Grand Rapids, Daniel Ávila —ingeniero en informática— construyó una carrera enfocada en optimización de procesos y herramientas apoyadas en inteligencia artificial. Tras llegar a Estados Unidos por motivos familiares, levantó una plataforma para desarrolladores y comenzó a colaborar con varias empresas del país. Hoy trabaja con firmas tecnológicas de alto perfil y mantiene vínculos con equipos de Meta.
Ávila explica que el ecosistema norteamericano ofrece amplio espacio para perfiles técnicos y que la convalidación del título universitario, en muchos casos, no figura como barrera. “No necesité validarlo; las compañías valoran resultados y portafolios”, afirma. Según su experiencia, la clave pasa por resolver problemas concretos, demostrar productividad y sostener mejora continua.
¿Se exige convalidar el título?
Ambos profesionales coinciden en que el requisito depende del país, del sector y de la empresa. En gastronomía y en áreas tecnológicas con alta demanda, la experiencia y las habilidades tienden a pesar más, aunque el manejo del idioma local y la documentación migratoria siguen resultando decisivos.
Las historias de Briones y Ávila apuntan a una conclusión compartida: la educación técnico profesional chilena puede abrir puertas fuera del país, con énfasis en competencias prácticas y adaptación a contextos productivos diversos. Para más antecedentes sobre empleo y formación, revisa nuestras coberturas sobre educación técnico profesional y empleo.