Todos los alimentos, más aún las frutas y verduras, tienen un momento de caducidad. Como no tienen envases ni incluyen fecha de vencimiento, sus formas, color y olor son la alerta para reconocer si se pueden o no consumir.

De hecho, hoy en día cerca del 95% de los chilenos reconoce que bota a la basura algunos alimentos, al menos una vez al mes.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel mundial se pierden cerca de 1.300 millones de toneladas de alimento anualmente, mientras que en Chile esta cifra alcanza los 3.7 millones de kilos al año.

Lo que muchos no saben es que los alimentos que llevan días en el refrigerador no necesariamente tienen que ir a parar al basurero, sino que pueden ser reutilizados de múltiples maneras.

Afortunadamente, cada vez son más las personas que se suman a una tendencia llamada “trashcoocking”, que no es más que la “cocina de aprovechamiento”. Como lo dice su nombre, esta práctica busca sacar provecho a esos ingredientes que ya das por perdidos con diferentes recetas.

Una buena opción son los colados o los guisos. Para ellos, perfectamente se pueden utilizar los tallos de alcachofas o acelgas, dos verduras que reúnen un sinfín de propiedades para la salud, pero de las cuales suele desperdiciarse el tallo.

En ambas recetas se pueden sumar trozos de zanahorias, hojas de betarragas o cualquier otra verdura de la estación. Y la preparación es bastante sencilla: solo se necesita agregar los ingredientes en una sopera como la SoupMaker de Philips o una olla a presión.

Esta es una buena forma de darle una vida extendida a las verduras, sobre todo porque estos en específico tienen muchos beneficios para la salud. Incluso es posible agregar paltas que tengan decoloración más negra para el sabor.

Otra opción son los caldos, perfectos para condimentar nuestros platos preferidos ¿Y la mejor parte? Las verduras que están a punto de caducar, las puedes congelar como cubitos de hielo para utilizarlos cuando mejor parezca. De esta forma, duran hasta por tres meses más.

La receta es bastante sencilla, se tiene que recuperar toda la verdura que no se ha utilizado, ya sean restos de cebolla, de ajo, tallos de acelga o alcachofa. En resumen: todo aquello que se tenía pensado eliminar.

Los alimentos, previamente lavados, se pueden meter en una olla con agua que sobrepase las verduras y dejarlo hervir hasta que el caldo quede a gusto de cada uno. Luego, todo se cuela para que nada se pase y listo.

Como vemos, son muchas las opciones que existen para alargar la vida de los alimentos. Solo falta elegir con cuál quedarse y más acomoda, ya que el “rescate” de estos no solo ayuda al medio ambiente, sino que se aprovecha hasta el más mínimo nutriente.

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