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8 de cada 10 personas con obesidad creen que la responsabilidad de perder peso es únicamente suya, y esperan hasta seis años después de iniciar esfuerzos para perder kilos antes de hablar con su profesional de la salud.

Esa es una las principales conclusiones del estudio internacional ACTION IO (Awareness, Care, and Treatment In Obesity MaNagement – an International Observation; en español Conciencia, atención y tratamiento en la gestión de la obesidad), el que fue lanzado a fines de abril en el Congreso Europeo de Obesidad (ECO), desarrollado en Glasgow, Escocia, y que incluye a Chile en su muestra.

El informe agrega que, si bien muchos profesionales de la salud reconocen a la obesidad como una enfermedad, la mayoría de las personas que vive con ella aún no recibe tratamiento.

La obesidad es una enfermedad crónica que requiere manejo a largo plazo. De naturaleza compleja y multifactorial, la obesidad está influenciada por factores genéticos, fisiológicos, ambientales y psicológicos, y está asociada a muchas consecuencias graves para la salud.

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¿Por qué nos debiera preocupar? Las cifras en Chile revelan que la obesidad es un problema de salud complejo y que ha aumentado sostenidamente en los últimos años. Según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, casi el 40% de los adultos chilenos tienen sobrepeso y el 30% obesidad.

Entre los hombres adultos, la prevalencia de la obesidad aumentó de 19,2% en 2010 a 30,3% en 2017. La prevalencia de la obesidad entre mujeres también se ha incrementado. En 2010, el 30,5% de las mujeres tenía obesidad en comparación con el 38,4% de 2017.

El aumento global en la prevalencia de la obesidad es un problema de salud pública que tiene graves implicaciones de costo para los sistemas de salud. A pesar de la alta prevalencia de la obesidad, muchas personas con obesidad no reciben el apoyo necesario en sus esfuerzos de perder peso y la enfermedad sigue siendo sustancialmente sub-diagnosticada y sub-reportada.

¿Cómo se puede tratar la obesidad? Lo más importante es tener cambios de estilo de vida, teniendo una alimentación saludable, acompañada de actividad física constante. Además, como complemento, y bajo indicación y supervisión médica, se utiliza farmacoterapia. Y en casos más severos o con enfermedades asociadas, la cirugía bariátrica.

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