Ya estamos terminando marzo, mes en el que la mayoría de los trabajadores vuelve a reintegrarse a sus trabajos tras las vacaciones que les permiten “recargar las pilas”. Pero, ¿cómo está la batería de los trabajadores? Ésa fue la pregunta que buscó responder el primer Estudio de Energía Organizacional en Chile y que reveló que estamos en una crisis de energía.
El análisis fue elaborado por Proqualitas y, como su nombre indica, mide la Energía Organizacional (E-net) de los colaboradores en el entorno laboral de las empresas, lo que se traduce en cuán motivados y comprometidos están con ella y que tan dispuestos están a hablar de su empresa con orgullo.
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Es así como la pila de los trabajadores no llega ni a los 50 puntos del Índice Neto de Energía Organizacional de los trabajadores en nuestro país.
En una escala de -100 a +100, el Índice Neto de Energía Organizacional (E-net) de los trabajadores chilenos se sitúa en 42 puntos promedio. Al revisar por rango etario, el estudio concluye que las nuevas generaciones tienen menos ‘energía organizacional’.
Pensar en clave millennial
Un aparte son los millennials, grupo generacional que contempla personas de 18 a 35 años, los que tienen en promedio 30,8 puntos de energía, mientras que la generación X (de 36 a 55 años) tiene 42,2 puntos de E-net.
Según Rafael Raga, director de Proqualitas, este fenómeno puede explicarse porque las organizaciones no han modificado su estructura y configuración para adecuarse con la mentalidad y necesidades de los millennials.
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Además, el sondeo arrojó que dos de cada tres colaboradores se siente satisfecho trabajando en su organización y dice tener ganas de seguir en ella. No obstante, sólo la mitad, es decir uno de cada dos, está dispuesto a “mojar la camiseta”.
Y los números empeoran cuando se trata de hablar de la empresa y de lo que ésta hace con orgullo, ya que sólo uno de cada tres está dispuesto a hacerlo.
Mujeres líderes en empresas
Por género también se observan importantes diferencias. Siempre según señala el análisis, las mujeres tienen mucha menos energía que los hombres: 38 versus 44 puntos de E-net, respectivamente.
Adicionalmente, un 53% de las mujeres que tienen puestos de jefatura reconoce que tiene algún grado de libertad para definir los miembros de sus equipos, mientras que el 64% de los hombres asegura que cuenta con ese nivel de empoderamiento.
“El estudio demuestra que hay diversos ámbitos de discriminación hacia la mujer y ya no hablamos de indicadores duros como las diferencias salariales solamente, sino de las dificultades que ellas viven diariamente para tomar decisiones y crecer dentro de la organización”, concluyó Raga.
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