En un escenario donde la tecnología del hogar cobra relevancia, especialmente en fechas como el Cyber Monday 2025, surge la pregunta clave: ¿qué tan seguro es realmente cocinar en microondas? Organismos internacionales, estudios científicos y especialistas nacionales coinciden en la respuesta.
El horno microondas es hoy un básico en la cocina chilena: más del 65% de los hogares cuenta con uno y su uso se ha masificado para calentar, descongelar e incluso cocinar alimentos completos. Pero junto a su popularidad, persisten dudas y mitos que lo asocian con radiación peligrosa, pérdida de nutrientes o riesgo de cáncer.
En un escenario donde la tecnología del hogar cobra relevancia, especialmente en fechas como el Cyber Monday 2025, surge la pregunta clave: ¿qué tan seguro es realmente cocinar en microondas? Organismos internacionales, estudios científicos y especialistas nacionales coinciden en una respuesta: sí es seguro, siempre que se use correctamente.
La postura de la OMS y la FAO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO han sido categóricas: los microondas no vuelven radiactivos los alimentos y, usados de acuerdo a las instrucciones, no representan un riesgo para la salud humana. Funcionan con radiación no ionizante, similar a las ondas de radio, incapaz de alterar el ADN o causar cáncer.
Además, los hornos modernos incorporan blindajes que impiden fugas de energía. El único riesgo real, señalan los organismos, es un uso inadecuado: calentar comida en envases no aptos o no asegurar que el alimento alcance temperaturas uniformes, lo que podría dejar zonas frías con bacterias vivas.
¿Qué pasa con los nutrientes?
La evidencia científica contradice el mito de que el microondas “mata” los nutrientes. Como la cocción es más rápida y usa poca o nada de agua adicional, las pérdidas de vitaminas suelen ser menores que en métodos como el hervido prolongado. Investigaciones han demostrado incluso que ciertas verduras mantienen más antioxidantes tras pasar por microondas que al cocinarlas en olla con abundante agua.
En palabras simples: recalentar la comida en este aparato no la convierte en chatarra. Al contrario, puede preservar mejor vitaminas como la C o las del complejo B, siempre que no se sobrecocine.
Opiniones y hábitos en Chile
Según datos del Ministerio de Energía, dos de cada tres hogares en Chile tienen microondas, y un estudio de Achipia mostró que cerca del 40% de las personas lo usan para recalentar hasta que la comida quede “muy caliente”. Para los nutricionistas nacionales, este hábito no implica un riesgo.
Cecilia Sepúlveda, académica de la Universidad de Chile, ha señalado que cocinar en microondas puede ser saludable, ya que utiliza menos grasas y agua. Fernando Vio, investigador del INTA, insiste en que no existe evidencia que vincule este electrodoméstico con enfermedades crónicas, y que los temores provienen más de la desinformación que de la ciencia.
El punto crítico: los envases
Donde sí coinciden todos los especialistas es en la importancia de elegir envases adecuados. El vidrio y la cerámica son completamente seguros, mientras que no todos los plásticos lo son. Recipientes con bisfenol A (BPA) o ftalatos pueden liberar sustancias al calentarse, con efectos hormonales negativos a largo plazo.
Los envases desechables de comida para llevar, el plumavit y los plásticos no certificados deben evitarse. La recomendación es usar recipientes con sello “apto para microondas” o preferir siempre materiales inertes como vidrio y loza.
Consejos prácticos para un uso seguro
- Usar recipientes de vidrio, cerámica o plásticos certificados.
- Revolver los alimentos a mitad de la cocción para evitar “puntos fríos”.
- Mantener el aparato limpio y en buen estado.
- Evitar recalentar alimentos en envases plásticos de un solo uso.
- Respetar los tiempos y potencias indicadas en el manual del equipo.
Lejos de ser un riesgo oculto en la cocina, el microondas es un electrodoméstico seguro y eficiente, avalado por la OMS y la FAO, y respaldado por la ciencia y expertos chilenos. El verdadero peligro está en los envases inadecuados y en el mal uso, no en el aparato en sí.
Con el cuidado correcto, cocinar o recalentar en microondas no solo es seguro: también puede ayudar a conservar mejor los nutrientes y a ahorrar tiempo en la rutina diaria.